Aunque Colombia alcanzó un crecimiento histórico de 10,6% en 2021 y se convierte en el país de América Latina con el mayor para el 2022, con un Producto Interno Bruto (PIB) del 6,1%, según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Presidente de la República, Gustavo Petro, tendrá la compleja tarea de contener el desempleo, la alta inflación y la pobreza, cuyos niveles aumentaron como consecuencia de la emergencia económica y social que desencadenó la pandemia del Covid-19 a nivel global. Pese a las dificultades que se han presentado por la crisis sanitaria y la guerra entre Rusia y Ucrania, que impactó la cadena de suministros, elevó los precios en los productos básicos y afectó el abastecimiento de insumos agrícolas en el mundo, la OCDE estima que Colombia se mantendrá fuerte en medio de los desafíos que se tienen, impulsada por el consumo privado y la recuperación gradual del empleo. Según la organización internacional, la política fiscal “brindará apoyo continuo a los hogares vulnerables durante 2022, mientras que las reducciones del gasto en otras áreas darán paso a un ajuste fiscal gradual que se intensificará en 2023”. Consideró que se requerirá de esfuerzos adicionales para estabilizar la deuda pública y planteó la posibilidad de que “el consumo privado pueda cobrar fuerza en 2023 en la medida en que disminuya la alta inflación y retroceda el desempleo”. Para los expertos, es clave la recuperación del mercado laboral, uno de los más golpeados por las medidas de aislamiento social preventivo que se tomaron durante los meses más críticos de la pandemia, para seguir consolidando el crecimiento económico alcanzadocional de Estadística, DANE, buena parte del comportamiento positivo del PIB en 2021, se debió al desempeño de sectores como el comercio, el transporte, el alojamiento, los servicios de comida y las industrias manufactureras. Según el organismo estatal, el gasto de consumo de los hogares evidenció entonces un crecimiento de 14,6%, gracias a la reactivación del aparato productivo interno y a una mayor movilidad. La recuperación se empezó a dar con la flexibilización de varias de las medidas restrictivas y de aforo, la cual fue posible por el avance que se tuvo en el Plan Nacional de Vacunación y los incentivos económicos y sociales otorgados por el saliente gobierno. Desempleo, inflación y pobreza Para el mes de junio de 2022, la tasa de desempleo nacional se situaba en 11,3%, una reducción de 3,3 puntos porcentuales respecto al mismo periodo de 2021 (14,6%), de acuerdo con datos del DANE. Aunque el entonces gobierno de Iván Duque logró recuperar los puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia—1,9 millones, la desocupación se mantiene por encima del 9,1% alcanzado en junio de 2018. Tampoco se mejoró la formalidad laboral ya que la tasa de ocupación en ese mismo mes fue de 56,5%, mientras que en junio de 2018 era de 58,3%. Por su parte la inflación pasó del 3,23% en septiembre de 2018 al 10, 21% en julio de 2022, según cifras entregadas por el Banco de la República, mientras el precio del dólar pasó de 2.898 a 4.336 pesos, al corte del 5 de agosto pasado. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en dos dígitos presionado por el fuerte repunte en el valor de los alimentos como consecuencia del aumento de los precios mundiales del trigo y de los cereales, debido a la interrupción de las exportaciones de Ucrania por cuenta de la invasión rusa. El alto costo de vida es atribuido también por los analistas a la gran demanda de bienes en 2021, año en el que los países pusieron fin a los confinamientos por la pandemia, lo que le facilitó a la gente salir de compras, tras un largo periodo de inactividad económica, por temor al contagio. La pobreza tampoco fue ajena al impacto de las medidas adoptadas por las autoridades gubernamentales. El país que recibió Gustavo Petro tales para hacer frente a la emergencia sanitaria por el Covid-19. De acuerdo con reportes del DANE, la tasa se incrementó del 36% en 2019 al 42,5% en 2020, cifra que para 2021 se situó en 39,3%, gracias a los subsidios y programas sociales que se pusieron en marcha para los sectores más vulnerables de la población colombiana. Y precisamente para garantizar los recursos con los que financiará su ambicioso plan social para reducir la desigualdad, el presidente entrante, Gustavo Petro, sometió a consideración del Congreso una reforma tributaria con la que espera recaudar $25 billones (1,72% del PIB) en 2023, y, en promedio, de 1,39% del PIB entre 2024 y 2033. Hacia el mediano plazo, la gestión de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), en la lucha contra la evasión, contribuirá para obtener gradualmente recursos totales equivalentes a $50 billones (3,4% del PIB) por año. Considerando las mayores fuentes para financiar gasto social. Fuente: (MHCP). Elevado déficit fiscal Para la comisión de transición (empalme), el déficit fiscal del país es crítico, por lo que considera fundamental la aprobación de la reforma tributaria para poder cumplir las promesas del nuevo gobierno de avanzar hacia una Colombia con mayor equidad, igualdad y justicia social. “La realidad fiscal del país es una gran preocupación. El nivel de endeudamiento y de déficit fiscal que encontramos para el próximo cuatrienio es crítico”, dijo Daniel Rojas, uno de los coordinadores de la comisión. Y es que el equipo entrante prevé un déficit fiscal del 5,6% del Producto Interno Bruto para este año, mientras la deuda pública estaría rondando el 56,5% del PIB, lo que requiere de medidas urgentes como mejorar el recaudo para asegurar la financiación de las reformas. Colombia invirtió cerca de 117 billones de pesos para atender la Emergencia Económica por la pandemia del Covid-19, recursos que en su mayoría fueron obtenidos de créditos gestionados ante organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM), para fortalecer el sistema de salud, proporcionar ingresos y apoyo nutricional a los hogares más pobres y vulnerables, y mantener la