José Alberto Mujica Cordano nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Uruguay, en el seno de una familia modesta. Su padre, Demetrio Mujica, era descendiente de inmigrantes vascos españoles y trabajaba como pequeño agricultor, pero falleció cuando José tenía solo seis años. Su madre, Lucy Cordano, de origen italiano, se encargó de criarlo junto a su hermana, en medio de limitaciones económicas. Mujica pasó gran parte de su niñez y adolescencia en la zona rural de Paso de la Arena, al oeste de Montevideo, donde se familiarizó con el trabajo del campo y la vida sencilla. Desde joven le interesó la política.A los 14 años militó en el anarquismo, más adelante militó en el Partido Nacional. Sin embargo, el fuerte conservadurismo del partido y la situación del país lo empujaron hacia posiciones más radicales. Durante los años 60, una década marcada por fuertes tensiones sociales y políticas en América Latina, Mujica se sumó al movimiento guerrillero Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una organización de izquierda armada inspirada en la revolución cubana y en la lucha contra la creciente desigualdad y la represión estatal. Como tupamaro, participó en múltiples acciones armadas, asaltos bancarios, redistribución de alimentos y propaganda política. Fue arrestado varias veces y finalmente capturado en 1972. Pasó casi 13 años en prisión, la mayoría durante la dictadura militar (1973–1985), en condiciones inhumanas. Estuvo en confinamiento solitario, en celdas minúsculas y, durante largos periodos, sin acceso a libros, luz o contacto humano. También se enfrentó a torturas físicas y psicológicas por parte de los militares. Esto afectó seriamente su salud física y mental. Mujica transmitió que para mantenerse cuerdo, dialogaba consigo mismo y con insectos, hasta que tuvo acceso a libros, y muchas veces se refirió a cómo la lectura le preservó su salud mental y lo ayudó a resistir tanto tiempo en cautiverio. José Mujica fue electo diputado en 1995 y luego senador en 1999. En 2005, tras el triunfo del Frente Amplio con Tabaré Vázquez, Mujica fue nombrado ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, cargo en el que se desempeñó hasta 2008. Su gestión fue valorada por el apoyo a los pequeños productores y su rechazo a las imposiciones corporativas extranjeras. En 2009, fue candidato a la presidencia de Uruguay. Ganó las elecciones y asumió el cargo el 1 de marzo de 2010, gobernando hasta el 1 de marzo de 2015. Durante su presidencia, Mujica fue conocido mundialmente como “el presidente más pobre del mundo”, ya que donaba alrededor del 90% de su sueldo presidencial a causas sociales y vivía en su pequeña granja a las afueras de Montevideo, manejando su Volkswagen. Estas pequeñas acciones le dieron al mundo a conocer otras formas de vivir sin depender del consumismo, con una vida austera y por fuera de los lineamientos elitistas que se crean bajo la figura del poder. Dentro de las acciones mas importantes dentro de su gestión, legalizó el matrimonio igualitario, el aborto y, especialmente, la regulación estatal del mercado de marihuana, convirtiendo a Uruguay en el primer país del mundo en implementar esta medida a nivel nacional. Mujica defendía estas decisiones con argumentos de salud pública, justicia social y libertades individuales. También impulsó políticas de vivienda, educación y energía renovable. Después de su mandato presidencial, volvió al Senado y siguió siendo una figura respetada dentro y fuera del país. En octubre de 2020, renunció a su banca en el Senado, alegando motivos de salud. Pepe se dedicó a vivir en su granja a las labores del campo y a su familia su esposa Lucía Topolansky, quien también perteneció a la agrupación Tupamaros y fue vicepresidente de Uruguay y sus perros. A pesar de que Pepe Mujica ya no tenía un cargo político siguió incidiendo en la política internacional. En Colombia jugó un papel importante en los acuerdos de paz firmados entre el gobierno y la guerrilla de las FARC. José “Pepe” Mujica murió el día de ayer a los 89 años. Hoy las calles de Uruguay se llenaron para acompañarlo a él y a Lucía. Mujica estaba convencido de la solidaridad internacional, que con los años “el amor es una dulce costumbre” y que “pobre es aquel que precisa mucho”. Le enseñó a otros gobernantes que una figura como un presidente puede vivir en la austeridad y que un gobierno sin corrupción es posible, porque “la política no es una profesión para hacer dinero, es una pasión para servir a los demás”. Las cenizas de Pepe serán enterradas debajo del árbol que él mismo sembró en su casa, al lado de Manuela, su perra de tres patas que lo acompañó gran parte de su vida.