El ambiente legislativo que deberá atender el próximo presidente de la República según las opciones que tienen los electores para la primera vuelta del próximo 27 de mayo. ¿Entre quiénes se entenderán mejor? Y otras preguntas sobre la gobernabilidad. El carácter presidencialista del sistema político colombiano continuará siendo la marca que impondrá la ruta a seguir para una sociedad que hoy tiene entre sus prioridades, ni más ni menos, rescatar a la Nación de décadas de violencia y hacer realidad el sueño de millones de personas de vivir en paz y concordia. El pasado 11 de marzo se eligió a un diverso y esperanzador Congreso que legislará durante el período 2018-2022 y que desde ese día abrió un debate que culminará con la otra etapa electoral que vive el país: la elección del nuevo presidente de la República. Y desde todos los sectores se han emitido múltiples opiniones, cábalas y pronósticos sobre cómo llegarán a ser las relaciones entre el Congreso entrante y el candidato que gane las elecciones presidenciales. Lo seguro es que ninguno de los partidos que respalda directamente a cada aspirante a vivir, también por cuatro años, en la Casa de Nariño, tendrá la mayoría en el Legislativo. Esto abre una numerosa lista de opciones y escenarios para garantizar la futura gobernabilidad. Cualquier análisis debe partir, por supuesto, del resultado de las elecciones del 11 de marzo, es decir, de lo que deberá comandar, confrontar o a lo que tendrá que adaptarse el próximo presidente de Colombia. En las últimas votaciones para Senado y Cámara se registró una mayor participación de los electores y aunque la apatía electoral sigue estando por encima de 50%, lo real es que más gente votó en esta ocasión. Casi cinco puntos porcentuales más que hace cuatro años. Puede estar sucediendo que, ante un mayor espectro de partidos y propuestas y frente a grandes temas del país como la paz, la corrupción o las variaciones de la economía, las personas se hayan decidido a participar en este acto crucial de la democracia que es el ejercicio del voto. El nuevo Congreso se enfrentará a grandes retos en materia social y económica. Las curules del nuevo Congreso ¿Qué le espera al nuevo mandatario en el Congreso? Un Senado elegido con 17 millones 800 mil votos y en el que el partido Centro Democrático ocupará 19 curules, Cambio Radical 16, el Partido Conservador 15, el Partido Liberal 14, la U 14, la Alianza Verde 10, el Polo Democrático Alternativo 5, Decentes 4 y MIRA 3. En total ejercerán 107 senadores que incluyen cinco del partido FARC y dos de la Circunscripción Especial Indígena. Mientras, en la nueva Cámara de Representantes, también elegida por cerca de 17 millones 900 mil votos, 172 curules (con otras cinco de FARC, dos de la Circunscripción Afro, dos de consulados y una de indígenas), quedaron distribuidas así: Partido Liberal 35, Centro Democrático 32, Cambio Radical 30, la U 25, Partido Conservador 21, Alianza Verde 9, Polo Democrático Alternativo 2, Opción Ciudadana 2, Decentes 2, MIRA, Colombia Justa Libres, Coalición Alternativa Santandereana y MAIS, una curul por cada agrupación. En las dos cámaras el partido que más incrementó su participación fue Cambio Radical, que junto a la Alianza Verde repuntaron de forma notoria. Quizás estas sean las cifras y los colores que deba tener en cuenta el próximo presidente, a quien le corresponderá trabajar con un Congreso que cada vez se aleja más de posiciones bipartidistas y que hace más complejas las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo. Se puede decir que las curules denominadas alternativas sobrepasan las 24 y que, por lo visto en anteriores votaciones de iniciativas originadas en el proceso de paz, no será fácil sacar adelante proyectos que, en buena cantidad, son propuestos desde la Presidencia, como ha sucedido en la historia reciente del país, reafirmando precisamente el régimen presidencialista que ha estado vigente por décadas. La FARC, un nuevo ingrediente Al panorama político nacional se suma el ingreso del partido FARC que, por los acuerdos de paz que se firmaron con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, tendrá presencia con curules en cada una de las cámaras, lo cual será una novedad que por el momento permite prever fuertes debates debido a la polarización que se ha observado en el campo político y electoral de los últimos meses. Una agenda desafiante Importante para los próximos períodos legislativos que se avecinan será el trámite de los proyectos que tienen que ver con los acuerdos de paz firmados en La Habana (Cuba) y tal vez los que surjan de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Corrupción, derechos, las propuestas de reformas en salud, educación, pensiones e impuestos estarán en la agitada agenda del Congreso de la República que entra en funciones el 20 de julio próximo. Todo en medio de la expectativa que hay sobre otra gran reforma política que se agregará a un Estatuto de Oposición que promete cambiar sustancialmente las gestiones y el trámite de lo legislativo. ¿Quiénes tomarán las banderas de la oposición? ¿Cuál será el comportamiento de las bancadas gobiernistas? ¿Habrá un campo específico para los independientes? Y, después del desenlace de las votaciones presidenciales, ¿qué pasará? Se prevé que con los ajustes en las normativas del propio Congreso, las minorías tendrán más espacio y poder de decisión. Quizás que las convicciones políticas y los argumentos pesen un poco más sobre el clientelismo, las manipulaciones o los fenómenos denominados como “mermelada”. De cara al Legislativo Así planteado, ¿cuáles son los retos para los actuales aspirantes a la Presidencia de Colombia y cómo lograrán jugarse exitosamente esa partida de ajedrez que significa armar una mayoría? De ganar las elecciones, el candidato del Centro Democrático, Iván Duque Márquez, la tendrá relativamente viable puesto que está precedido por la contundencia del resultado del 11 de marzo, tanto por la presencia que su partido consiguió en el Congreso como por la votación de la consulta interna en la que obtuvo la candidatura frente a