Como resultado de las discusiones sobre la naturaleza en la Cumbre de Biodiversidad celebrada en Cali, Valle, se estableció la creación de un fondo para compartir datos de secuenciación genética de animales y plantas a fin de que los países participantes puedan acceder a los beneficios derivados de esta información con sus respectivas comunidades.
Asimismo, se conoció que el debate generó una posición en favor de los pueblos indígenas, aunque como era de esperarse uno de los puntos de mayor discusión resultó ser el que se refiere a la financiación para frenar la pérdida de especies en los próximos seis años.
Por su parte los representantes indígenas se mostraron complacidos con la creación de un órgano permanente que reconozca su voz como guardianes de la naturaleza y la biodiversidad.
Finalmente, y tras llegar a esperados acuerdos, los delegados participantes alcanzaron a consolidar una hoja de ruta frente a la necesaria utilización de datos genéticos que permitirán un mayor desarrollo en materia de producción de medicamentos y cosméticos que de alguna podrían generar mayores oportunidades económicas para las naciones involucradas.
Recordemos que en la COP15 celebrada en Montreal, se acordó la creación de un “mecanismo multilateral” para poder compartir los beneficios de la información genética secuenciada digitalmente -abreviada como DSI por sus siglas en inglés- “incluido un fondo mundial”.
Es así como durante las jornadas de trabajo celebradas en la capital del Valle del Cauca, los líderes mundiales debatieron puntualmente las formas y conceptos que giran alrededor de la figura del fondo acordado y qué países se harían cargo de la contraloría de los dineros.
Desde la Presidencia de la Cumbre se hizo una propuesta de compromiso de extender las conversaciones sobre financiación más allá de la cumbre y hasta la próxima en Armenia en 2026, que no fue muy bien recibida, sobre todo por representantes de África, que piden la creación de un nuevo fondo multilateral que sustituya al actual, por considerarlo inadecuado e injusto.
Por su parte miembros de la Unión Europea definen la medida propuesta por los africanos como contraproducente pues la multiplicación de fondos, a su juicio fragmenta la ayuda sin aportar dinero nuevo.
Mientras, países desarrollados asumieron el compromiso de incrementar los aportes de ayuda anuales de 15.000 millones de dólares a 30.000 millones en 2030, para garantizar la conservación de la naturaleza
Luego llegó el acuerdo del “Fondo de Cali”
Ante la extensión de la importante discusión los 196 países miembros del CDB aceptaron la creación del “Fondo de Cali” destinado al reparto equitativo de los beneficios del DSI. Esos datos, muchos de ellos procedentes de especies de países pobres, se utilizan sobre todo en medicamentos y cosméticos que pueden significar ganancias de miles de millones a sus creadores.
El acuerdo determina que los usuarios que se beneficien comercialmente del DSI “deberán aportar una parte de sus beneficios o ingresos al fondo global”. Aquellos cuyos ingresos superen un determinado umbral deberán contribuir con el 1% de los beneficios o el 0,1% de los ingresos, determinaba el documento.
“La clara señal enviada hoy por la COP16 es que las grandes empresas deben pagar sus cuotas para la protección de la naturaleza. Si el fondo de secuencia digital crece hasta un punto porcentual mayor y las corporaciones son realmente responsables, esto cambiaría las reglas del juego”, Expresó Glenn Walker, responsable del programa de naturaleza de Greenpeace Australia Pacífico.