Jennifer Arias, representante electa a la Cámara por el Meta, es una líder femenina y juvenil que personifica el trabajo duro, la disciplina y la paciencia de quienes aspiran entrar al mundo de la política. La joven legisladora llegará al Congreso de la República para darle un nuevo aire a la institución con propuestas que van desde asuntos de familia hasta un riguroso control a las políticas públicas para garantizar bienestar a la población.
Pocos días antes de las elecciones al Congreso, la representante electa a la Cámara por el Meta, Jennifer Arias, visitó una comunidad indígena del departamento del Vaupés, donde le quedó grabada en su memoria una frase plasmada en la entrada de una escuela que decía: “La mejor educación es el ejemplo”. Desde entonces, la convirtió en el lema de su trabajo parlamentario, que espera transmitir desde el Legislativo, no solo a los jóvenes, sino también a las mujeres que aspiran a incursionar en la política colombiana, un espacio que sigue siendo limitado para el segmento femenino.
“Creo que la mejor forma de empoderar a las mujeres es mostrando que yo lo logré y que, así como yo hay muchas otras que también han podido. Si nosotros nos lo proponemos, lo logramos”, señala la nueva congresista, quien, pese a no pertenecer a una familia con ascendencia política, alcanzó la mayor votación individual en el departamento del Meta, de donde es oriunda. Su caso es un ejemplo de que sí se está abriendo un espacio en los cargos de poder y decisión para alternativas “frescas”. “Las limitantes muchas veces no están por fuera, sino dentro de uno mismo. Hacer política en general es difícil, pero hacerlo siendo mujer joven lo es más, aunque no imposible. Es algo que toma tiempo, paciencia, disciplina, perseverancia y mucho trabajo”, añade.
Una mujer trabajadora y convencida
Jennifer inició su trayectoria política desde los 22 años y lo hizo convencida de que desde esa actividad era la mejor forma de poder ayudar a sus compatriotas. “Yo creo que la política si se hace bien hecha es la mejor forma de transformación social, a través de la formulación de programas y políticas públicas que nos permitan desarrollarnos, educarnos y crecer como sociedad”, señala.
Como abanderada del pensamiento del Centro Democrático, partido por el cual aspiró a la Cámara y del que se declara fiel seguidora, lleva nueve años de trabajo y servicio a la comunidad de su región. “He sido siempre coherente en la forma como pienso y estoy absolutamente convencida de mis ideales. En política es importante ser congruente porque, cuando uno está como una veleta de un lado para el otro, la gente no le cree, por eso hay que estar siempre en una misma línea, sin importar si pierdes una y otra vez”, agrega la nueva parlamentaria, quien asumirá funciones el 20 de julio próximo en Bogotá.
Un programa fiel a sus raíces
Como congresista, Jennifer Arias tiene claro a qué le apuntará en su gestión durante los próximos cuatro años. Su trabajo estará concentrado en construir las condiciones necesarias para el progreso de su departamento. “Siento que el Meta va a ser la clave para el desarrollo que el país necesita en los próximos 20 años”, afirma.
De esta manera, la representante electa priorizará cinco temas, los cuales hacen parte de la propuesta que hizo en campaña para ganarse la confianza de los cientos de votantes. “La gente no confía en los políticos y creo que hay que empezar a recuperar la institucionalidad de nuestro país a través del seguimiento a asuntos como los subsidios y a lo que tiene que ver con la infraestructura vial, entre otros”, agrega.
Para la futura parlamentaria, es indispensable trabajar de la mano del Gobierno Nacional en el desarrollo del sector agropecuario y el tema tributario, “el cual ha afectado de sobremanera al país”. En su agenda también figura la abolición de la dosis mínima de droga, la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, además del apoyo al deporte como estrategia para cerrar brechas sociales en el país. “Vamos a impulsar la propuesta de llevar al departamento los juegos nacionales, los cuales no se celebran desde 1985 en la región”, asegura Arias, quien recuerda que “los escenarios deportivos que tenemos hoy fueron desarrollados gracias a eso”.
