Santa Bárbara pide ser escuchado
En el municipio de Santa Bárbara, Nariño, muchas cosas no cambian: los controles militares cada vez son más rigurosos y sus habitantes siguen bajo la zozobra de la guerra. Pese a contar con enormes riquezas naturales y una privilegiada ubicación geográfica, el alcalde José María Estupiñán asegura que se han convertido en un territorio olvidado por el Estado, razón por la cual reclaman “con urgencia” su intervención para combatir los problemas sociales, económicos y de seguridad que por décadas ha sufrido esa zona del pacífico nariñense. Varios proyectos de gran envergadura han sido presentados ante el Gobierno Nacional por el alcalde de Santa Bárbara, José María Estupiñán, con el fin promover su desarrollo y competitividad. Sin embargo, el mandatario local considera que su ayuda ha sido nula por los obstáculos que ponen para entregar los recursos y así gestionar con éxito lo que se ha puesto a su consideración. “Uno corre a Bogotá y todos los proyectos que se presentan son devueltos porque les falta una coma. Ponen muchas trabas y, cuando uno hace las debidas correcciones, dicen que no hay recursos”, asegura. Las necesidades no dan espera y, aunque las regalías para el municipio están aseguradas, todavía no se ha invertido un solo peso. Los proyectos no dan espera y por eso, desde que asumió las riendas de la alcaldía, el mandatario se ha trazado un solo objetivo: transformar a Santa Bárbara con una nueva y mejor infraestructura en los centros educativos, hospitales y vías terciarias. El compromiso del alcalde es mejorar la infraestructura de los centros educativos, hospitales y vías terciarias. Más seguridad Con la salida de las FARC, tras la firma de los acuerdos de paz, la violencia se ha intensificado por los enfrentamientos entre grupos subversivos que buscan tomarse el control de las rutas del narcotráfico. “Esa teoría que existía de que los espacios que dejaban las FARC serían copados por otros actores, lo estamos viviendo, por eso creemos que la intensidad del conflicto se está acrecentando de manera preocupante”, señala el alcalde. Ante el accionar de diferentes expresiones de violencia en la zona, la administración municipal lanzó una alerta por posibles nuevos desplazamientos masivos y la necesidad de apoyo continuo y oportuno por parte de los entes departamentales y nacionales, ya que Santa Bárbara no cuenta con la presencia de Fuerza Pública, por lo que su capacidad de respuesta está desbordada. Minería más segura El principal renglón económico de Santa Bárbara es la minería, pues más del 70% de las familias se sustentan a diario con esa actividad. Según denunció el alcalde, días atrás la Fuerza Pública quemó cinco vehículos que hacían parte de una supuesta red de minería ilegal, tirando al río el ACPM y dejando a la población por varios días sin consumo vital de agua potable. Para los mismos habitantes, el problema ambiental se está comiendo la tierra y los ríos de varias regiones del Pacífico. En su condición de máxima autoridad del municipio, José María Estupiñán le hace un llamado al Gobierno Nacional para que dialogue con la población y así llegar a un consenso, implementar programas de empleo donde se le dé garantías a la comunidad de tener un sustento económico, mayores ingresos y oportunidades de progreso. “No podemos quedarnos callados, hay que denunciar esto que el Gobierno Nacional está pasando por alto. Estamos de acuerdo en que la minería se legalice, pero de manera concertada, a través del diálogo”, agrega. El alcalde denunció que la Fuerza Pública destruyó maquinaria utilizada por una supuesta red de minería ilegal. Es urgente la presencia del Gobierno Tres días después de su posesión, el presidente Iván Duque llegó hasta Tumaco para escuchar las peticiones de los alcaldes municipales en temas de seguridad, salud y educación. El mandatario de Santa Bárbara es optimista y cree que se puede llegar a un diálogo con la autoridad nacional para que estas promesas no se queden solo en el papel y se hagan realidad. El Estado colombiano tiene una deuda histórica con el Pacífico, que, a pesar de ser una región con una inmensa riqueza ecológica, hidrográfica, mineral y forestal, cuenta con los índices más altos en pobreza y violencia. Antes de terminar su mandato, el alcalde quiere dejar ejecutados varios programas que consoliden y promuevan la paz que tanto quieren los habitantes. “Tengo que hacer algo, porque por algo me eligieron, yo hablo por mi comunidad y haré lo que esté en mis manos para que el Gobierno fije su atención en nosotros”.