En el marco de las futuras elecciones presidenciales 2026, Susana Muhamad ha comenzado a perfilarse como una de las figuras con aspiraciones claras dentro del escenario político nacional, manifestando su interés en liderar el país desde una visión ambiental y social. La Revista El Congreso Siglo XXI en una entrevista le preguntó sobre sus aspiraciones para el próximo año
Para la Exministra su participación en las próximas elecciones son más que simplemente una aspiración presidencial es abrir las puertas a el sector progresista y la visión de país que se ha construido colectivamente en el primer gobierno del “cambio. También cree firmemente que se necesita un segundo gobierno con los mismos ideales para avanzar las transformaciones estructurales en desarrollo y postuladas.
¿Cuáles son los valores que han acompañado a Susana Muhamad a lo largo de su carrera?
Un valor muy importante para mi es el compromiso. Soy una persona muy comprometida con las causas que defiende y me entrego totalmente a lo que emprendo. El segundo es la integridad que implica buscar la mayor coherencia y transparencia posible entre lo que uno piensa, lo que hace y lo que dice. Por último, la ética ambiental, que me parece que es el valor que define mi agenda política y que implica entender que más allá del capital, más allá de la ganancia, más allá del beneficio personal, lo que tiene sentido en esta sociedad es valorar la vida y valorar la la vida que satisface el potencial humano y no la vida simplemente que acumula a costa de la igualdad y a costa de la naturaleza.
¿Usted cree que Colombia está preparado para una presidenta?
Sí, yo creo que está preparado y me parece que no solo el tema del genero, sino la agenda que representa la mujer. Claro, hay que romper la lógica de que las mujeres no pueden gobernar, eso es importante, pero también me parece fundamental, que los colombianos se pregunten cuál es la agenda que esas mujeres están impulsando.
Para mí la pregunta además del tema de ser mujer, es si Colombia está preparado para asumir su diversidad cultural y su diversidad ecológica como la base de su potencial de desarrollo. Yo lo que propongo es que esa diversidad cultural tan extraordinaria y ambiental sea la base de nuestra futura prosperidad y de la justicia social y que desde esos lentes ecológicos, desde el feminismo que empodera a las mujeres, porque la voz política de las mujeres en todas las instancias de la sociedad tiene un mayor valor y hace que las brechas de desigualdad realmente se cierren.
¿En qué basaría su plan de gobierno para que generara un impacto tal como lo hizo la COP16 en su ministerio?
Habría que repensar la lógica del desarrollo que solo genera crecimiento económico a costa de los trabajadores, a costa de la naturaleza y a costa de la diversidad cultural del país. Lo que planteamos, por el contrario, es un proceso de trabajo que valorice y ponga en el centro la biodiversidad y la diversidad cultural como los factores claves para el bienestar y la justicia social.
Hoy tenemos 3 millones de habitantes que no tienen acceso a agua potable, pero cuando hay sequía, como cuando tuvimos el niño, tenemos 13 millones de colombianos que dejan de tener agua potable porque en 400 municipios de este país literalmente se desaparece la fuente de agua de los acueductos.
Así que hay que hacer una gran misión de sembrar y cosechar agua y ese mismo proceso de sembrar, de restaurar las cuencas en lo urbano, en lo rural, de cuidar el agua es un proceso productivo. Es un proceso que puede generar productividad a esas comunidades. Eso implica una reforma de servicios públicos. Eso implica cambiar la gobernanza del agua que está dispersa y es desastrosa en el país.
La segunda misión sería soberanía y seguridad alimentaria. Eso es fundamental, hay que frenar frenemos la pérdida de suelos y creemos que con la reforma agraria que yo la llamo reforma agraria 2.0, iría como concepto clave la Agroecología, una forma de producción de alimentos que recupera el suelo y recupera el agua.
La tercera seguridad es la transición energética que implica soberanía y seguridad energética con la transición a renovables. La cuarta seguridad climática es la protección universal a desastres naturales para toda la población y esto es un cambio institucional del sistema de gestión de riesgos, que se ha vuelto más bien una caja menor de la corrupción y que no está previniendo los desastres que estamos teniendo.
Por ultimo pero no menos importante, es la seguridad de la salud. ¿Cómo garantizamos la salud?. Fíjate con las otras seguridades, si este país está bien alimentado, si este país tiene acceso a agua, no tendría tantos problemas sanitarios. Hoy el 40% de la gente que muere en este país, muere por enfermedades evitables y enfermedades crónicas que son prevenibles. Por eso necesitamos un sistema de salud de prevención y que la gente esté bien alimentada y tenga agua potable. Eso reduciría los costos del sistema de salud de forma significativa.
Esas cinco seguridades son la base para que aquí haya realmente un bienestar en medio de la crisis climática. Y a partir de esa base podemos generar lo que yo llamo economías para la vida, que es la promesa de justicia social, que son las economías para la vida, economías que por definición no erosionen la seguridad climática.
