Claudia Sheinbaum, científica e ingeniera energética se posesionó este martes, como la primera mujer presidenta de México, tomando las riendas del país para el período 2024-2030. La exalcaldesa de Ciudad de México, que estuvo al frente de la ciudad entre 2018 y 2023, es ahora quien liderará la República Mexicana.
Durante su discurso inaugural, Sheinbaum subrayó su compromiso de continuar con los programas sociales que le otorgaron popularidad a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, enfatizó “seré yo quien gobierne”, desmarcándose de las críticas sobre la influencia que el saliente mandatario podría tener en su administración. También, destacó el hito histórico que significa para México tener nueva Presidenta “Por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”.
Desafíos a enfrentar
Analistas destacan que el mayor desafío para la presidenta será “reforzar la confianza del mercado y ofrecer un marco regulatorio y de políticas predecibles y favorables a la inversión”, tal como indicó Alberto Ramos, jefe del equipo de Investigación Económica para América Latina de Goldman Sachs.
La gestión de Sheinbaum deberá centrarse en la disciplina fiscal, la administración eficiente de las empresas estatales, especialmente Pemex, y la mejora de la seguridad pública, en un contexto donde la violencia ha dejado un saldo trágico: Según cifrás de la ONU, 10 mujeres son asesinadas diariamente.
Expertos afirman que los primeros meses del Gobierno de Sheinbaum podrían ser marcados por una alta volatilidad en los mercados financieros, especialmente debido a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, con quien comparte frontera. La comunidad estará atenta a la presentación del primer presupuesto nacional antes del 15 de noviembre, ya que esto determinará si se logrará reducir el déficit fiscal del 5,9% al 3,5% del PIB, como ha prometido.
Con estos desafíos por delante, Claudia Sheinbaum inicia su mandato con la esperanza de generar un cambio significativo en la política y economía de México mientras el país observa de cerca sus decisiones y su capacidad para cumplir con las expectativas de sus ciudadanos y la continuidad de los proyectos exitosos de la antigua administración.