Buenaventura fue escenario de un nuevo episodio de violencia. Vladimir Bravo Núñez, futbolista de 20 años, fue asesinado el 30 de marzo mientras compraba comida en una tienda de su localidad.
Su muerte es parte de la creciente ola de violencia que afecta a muchos territorios en Colombia y que, históricamente, se ha instalado en la ciudad portuaria del Pacífico. Este hecho es atribuido a la ruptura de la tregua entre las bandas criminales que operan en la región.
El asesinato de Vladimir Bravo, joven promesa del fútbol, no es un hecho aislado. En lo que va del año, se han registrado más de 50 homicidios, la mayoría relacionados con enfrentamientos entre bandas criminales, según la Fundación Pares.
El alcalde de Buenaventura, Víctor Vidal, se pronunció al respecto y expresó su preocupación por la violencia que está presentando la ciudad: “Este asesinato es un reflejo de la grave crisis de seguridad que estamos viviendo. Las bandas criminales no solo están afectando la paz de la ciudad, sino también la vida de jóvenes como Vladimir, que solo querían tener un futuro mejor.”
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez se manifestó por medio de la red social X, solicitando al Consejo de Seguridad que defina acciones urgentes para abordar lo que está sucediendo en los territorios que se encuentran en medio del conflicto armado.
Además, reafirmó su preocupación, ya que solo el fin de semana pasado fueron asesinadas cinco personas en la ciudad portuaria, entre ellas el joven futbolista. Adicionalmente, Márquez comentó que le solicitó al Ministro de Defensa y al Alto Comisionado de Paz atender la situación.
Por su parte, Dilian Francisca Toro hizo un llamado al Presidente Gustavo Petro para que, acompañado del Ministerio de Defensa, asista al Consejo de Seguridad convocado para el 2 de abril en Buenaventura, con el fin de hacerle frente a la situación de violencia que se viene presentando en la ciudad.
La Fundación Pares afirmó que la situación es tan compleja en el territorio que muchas comunidades se encuentran confinadas en sus barrios debido a las amenazas de las bandas criminales.
El asesinato de Vladimir expuso la situación de riesgo que viven los jóvenes en este momento en Buenaventura y cómo sus sueños quedan bajo el manto de la violencia potencializada por las bandas criminales. A Colombia le arrebataron un futuro deportista y a Vladimir la posibilidad de serlo.