He tenido el honor de pasar por las corporaciones públicas de elección popular: Concejo, Asamblea, Cámara de Representantes y Senado de la República, y siempre me he deleitado con la inteligencia, habilidad, ironía y estilo de muchos de sus integrantes.
Sin embargo, últimamente he sufrido algunas decepciones, no solo por la ausencia de esas excelentes cualidades, sino además por la cuestionable presentación personal de los mismos hasta llegar al ridículo, del cual decía Voltaire que había que tenerle pánico. Dicen que cuando Agustín Lara llegó al Hotel Tequendama a presentar un concierto, el portero le negó la entrada, porque lo confundió con un habitante de la calle. No tuvo más remedio que respetar la autoridad del portero y corriendo salir a cambiarse de vestido. Y no olvidar, que a este artista universal, lo llamaban el flaco de oro.
Hace unos días, un noticiero hizo conocer del público la extraña indumentaria de un concejal de Cali. Inmediatamente reflexioné y dije.. Qué diferencia! Los Concejales y el Alcalde de Pasto, los Diputados de la Asamblea Departamental y el Gobernador de Nariño lucen su elegante vestido, con corbata y, cuando usan sombrero, desde luego es un Barbisio.
Don Julián Bucheli, creador del Departamento y de la Universidad de Nariño, es testigo insomne de esta realidad por recibir a los huéspedes que el pueblo escogió y, sea como sea, por esto no hay discusión. Termino con la vieja admonición de nuestros mayores.
“Como te ven, te tratan”. Un consejo respetuoso.. genere impacto a simple vista. Hasta pronto.
Jamás, de los jamases, llevan atuendos que rebajen la dignidad de sus investiduras y su personalidad para perder la confianza que les ha depositado la sociedad

Por: Eduardo Enriquez Maya
Columnista y Senador del Partido Conservador Colombiano