A pesar de que Barbacoas, Nariño, sigue siendo uno de los municipios más afectados por problemas de orden público, no ha sido priorizado por el Estado a la hora de distribuir los recursos a las regiones para responder a las necesidades más sentidas de la población. Su alcalde, Eder Escobar, considera que ha llegado el momento de pagar la deuda histórica que se tiene con ese territorio del sur de Colombia, luego de llevar sobre sus hombros el peso de un conflicto armado por más de medio siglo que le ha significado un alto costo en vidas y tropiezos en su proceso de desarrollo económico y social.
Y es que, para Barbacoas, cuya cabecera municipal está ubicada a 236 kilómetros de San Juan de Pasto, las dificultades en materia presupuestal han seguido apareciendo. El recorte y suspensión de recursos de regalías, debido a que durante las administraciones pasadas no se ejecutaron a cabalidad los proyectos que fueron financiados con estos dineros, ha retrasado programas y obras que el actual mandatario considera fundamentales para el cumplimiento del Plan de Desarrollo en esa región.
Hasta que no estén finalizadas las obras anteriores, la limitación de recursos se mantendrá. “Hemos adicionado otros dineros para que estas construcciones salgan a flote. Aspiramos a que antes de que termine la administración podamos ejecutar estos recursos, de 3 proyectos ya aprobados por el OCAD, afectados por la suspensión que dejó la administración anterior”, señala el alcalde, quien ha intensificado su peregrinaje por entidades gubernamentales en Bogotá para que Barbacoas sea mirado con otros ojos en materia de inversión. Pese a que se dieron anticipos de hasta el 90%, los proyectos que se iniciaron entonces no fueron acabados en su totalidad.
La falta de presupuesto ha dificultado el avance de obras de infraestructura vial, como la pavimentación de calles en el casco urbano y el programa de mejoramiento y adecuación de instituciones educativas y centros de salud en la zona rural. La suspensión de recursos provenientes de las regalías también alteró el cronograma que tenía el alcalde actual para la ejecución del Plan de Desarrollo, en perjuicio de sus más de 40 mil habitantes.
Retraso en plan de sustitución de cultivos de coca
El alcalde hizo además reparos a la forma como se está cumpliendo el programa de sustitución de cultivos ilícitos en Barbacoas y demás municipios del departamento de Nariño. Al igual que sus demás colegas de la región, cree que el Estado no está cumpliendo los acuerdos a los que se llegaron para que familias de la zona reemplazaran de manera voluntaria las plantaciones de hoja de coca. No solo por los retrasos del Gobierno Nacional en los pagos del programa, sino por los anuncios que se conocen de retomar las fumigaciones con glifosato y la lentitud en la puesta en marcha de proyectos productivos para que los cultivadores que se acogieron al plan estatal garanticen su sustento diario. Según el mandatario, ha faltado inversión para que las familias acaben con los sembrados de coca y lo que es más preocupante: el Programa Nacional de Sustitución Voluntaria (PNIS) no tiene cómo financiarse y los recursos que ya se comprometieron no alcanzan.
El alcalde coincide con las comunidades en que se necesita de una atención integral, sobre todo para impulsar los proyectos y garantizar la comercialización de los productos con los que se cambiarían los cultivos ilegales en el municipio. Para avanzar en esa dirección, es indispensable que ministerios como el de Agricultura, Comercio Exterior y Transporte, este último encargado de la construcción, adecuación y recuperación de las vías terciarias, actúen de manera coordinada en las políticas que se emprendan.
Impacto en la seguridad de la zona
La situación que se ha generado estimula la presencia de grupos al margen de la ley que, tras la firma del acuerdo de paz, han querido ocupar los territorios desalojados por las FARC. Y es que el alcalde tiene claro que mientras no se ataquen los eslabones más importantes de la cadena del narcotráfico y se desarticulen las estructuras criminales, será difícil consolidar la paz. “Ha faltado disponer recursos e impulsar iniciativas productivas que permitan la sustitución de los ingresos de los cultivos de uso ilícito por economías legales alternativas”, lo que ayuda a incentivar su presencia, insistió. De hecho, han continuado los desplazamientos de comunidades indígenas en la zona rural de Barbacoas, por cuenta de la disputa que mantienen las organizaciones al margen de la ley por el control de los sembrados de coca y amapola.
Pese a contar con problemas presupuestales, el alcalde ha hecho un gran esfuerzo para poder responder a las necesidades de la población. Es así como ha implementado estrategias que buscan que los jóvenes del municipio fortalezcan su proyecto de vida por medio de actividad lúdicas recreativas. También ha impulsado programas para disminuir el embarazo a temprana edad, reducir los intentos de suicidio y bajar el consumo de sustancias psicoactivas. Además, ha entregado instrumentos y vestuario al Instituto Municipal de Cultura y a las Juntas de Acción Comunal.

