El Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) de Colombia no solamente tiene un gran déficit presupuestal ya conocido, y que día a día va incrementando, sino también un gran reto en toda su estructura, que debe ser asumida por el nuevo gobierno y buscar llevar al Congreso de la República para corregir de manera definitiva la Ley, y así contribuir con el mejoramiento de la salud del pueblo colombiano.
Hemos tratado de detectar cinco temas fundamentales para que se pueda corregir este sistema tan complejo, de la siguiente manera:
1. Salud Pública: Este componente debe tener por parte de la legislación colombiana una especial atención, atreviéndome a opinar que una de las acciones sería implementar la cátedra de nutrición en todos los colegios públicos y privados del país, desde el primer hasta el último año lectivo. Lograríamos que, con una hora semanal en toda la vida estudiantil, los niños y jóvenes aprendan a tener buenos hábitos alimenticios y de esta forma disminuir patologías tan comunes, crónicas y letales, a mediano y largo plazo, como: la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras. Lo anterior además de ser estrategias mejoradoras de vida y salud, coadyuvarían a disminuir costos significativos al sistema general de seguridad social en salud.
2. Manuales tarifarios: En la actualidad las relaciones comerciales entre asegurador (EPS) y prestador (IPS) están regidas únicamente por la oferta y la demanda, esto representa una descompensación absoluta en el control del costo médico, siendo este el mayor indicador de estabilidad en el mercado de una aseguradora, ya que, de acuerdo a la posición dominante de las partes, se define la negociación; y si a esto le sumamos la obligatoriedad legal de la contratación en baja complejidad del régimen subsidiado, donde sin tener en cuenta la calidad y capacidad técnica del prestador se obliga a su vínculo contractual con la institución pública. Es por ello que se requiere con extrema urgencia un manual único tarifario para el país.
3. Selección de Gerentes de las ESE(s): En este punto de altísimo interés político, y que para muchos probablemente sea tema de poca importancia, la calidad, la atención y el déficit presupuestal de las instituciones es más complejo. Es así como se observa un círculo vicioso en su operatividad. Trataré de contextualizar el tema con un ejemplo: un mandatario local nombra un gerente, quien a su vez nombra personal mal calificado, quienes prestan un servicio deficiente, de baja calidad para el paciente, con bajos indicadores de salud pública y atención básica, por ende, una IPS en esta situación queda ad portas de la quiebra. Esto aplica para los pacientes del régimen subsidiado que son aproximadamente 22 millones, y algunos del régimen contributivo, donde solo tienen la oportunidad de la baja complejidad en una IPS pública municipal.
El próximo gobierno debe desarrollar una verdadera y seria reforma a la salud
4. Nivelación económica del plan de beneficios: Un tema de alta importancia y de absoluta irresponsabilidad del actual Gobierno Nacional. A pesar de que el ministro de Salud ha hecho grandes esfuerzos por la nivelación del plan de beneficios de los dos regímenes y en el papel son iguales, tiene el régimen subsidiado un desequilibrio económico frente al régimen contributivo de cerca de 70 mil pesos por paciente al año. Vale la pena llamar la atención del ministro de Hacienda, quien conoce el tema y, a pesar de ello, en 8 años no ha propendido por solucionarlo. Este déficit deja una perdida entre asegurador y prestador, al año, cercana al 1.8 billones de pesos. De esta forma, es imposible que este sistema funcione adecuadamente, sin tener constantemente IPS o EPS en déficit financiero o en quiebra.
5. Pago del no Pos o plan de beneficios: este caso sí es la fresa que le faltaba al pastel. Actualmente a los entes territoriales les han disminuido algunos recursos legalmente, pero se les ha asignado la responsabilidad de asumir lo que no está previsto en el plan de beneficios del régimen subsidiado, es decir, tecnologías, medicamentos y procedimientos de alta complejidad, situación que genera la mayor cantidad de acciones legales, como la interposición de tutelas porque algunos entes territoriales no cumplen a cabalidad con estas responsabilidades; por nombrar un caso subgeneris, el departamento de Antioquia no lo asume por interpretación unilateral y diferente de la norma.
Estos tips que principalmente afectan el normal desarrollo de un sistema de seguridad social en salud, en su modelo y en su financiamiento, se deben implementar de una manera ágil y contundente. El próximo gobierno debe desarrollar una verdadera y seria reforma a la salud, donde se logre un desprendimiento de intereses sectoriales y prevalezca el interés general del sistema y del paciente.
Lo que sí queda absolutamente claro es que, a pesar de las dificultades y ajustes que requiere el sistema de salud colombiano, este es uno de los modelos de aseguramiento más completos en el hemisferio. Por lo tanto, no debemos caer en modelos populistas que definitivamente han fracasado y que no tienen la inclusión tecnológica y de punta que requieren tratamientos de alta complejidad en nuestros pacientes.
Quien tenga la posibilidad de tener una medicina prepagada, no sólo está mejorando la posibilidad de una adecuada atención en su núcleo familiar, sino que también está ayudando a desahogar un poco el concurrido sistema de salud colombiano.
Con el respeto que me merecen los lectores, solo quiero dejar una última reflexión: ojalá el próximo gobierno atienda a cabalidad estas sugerencias con responsabilidad social y financiera y no vayamos a caer en el populismo en salud de nuestros vecinos de nuestra frontera oriental; mil gracias.