diciembre 6, 2024

Dicho y hecho

Por, Amylkar D. Acosta M.

Miembro de Número de la ACCE

El bajonazo del precio del crudo de los US $115.19 el barril, a mediados de junio de 2014, hasta los US $25 en enero de 2016 puso a prueba a la industria petrolera y la obligó a tomar medidas tendientes a reducir sus costos, a ser más eficientes y a apretarse el cinturón para poder sobrevivir. Como lo planteó Roberto Steiner, uno de los directivos de Ecopetrol en su momento, “una parte central de la revisión estratégica, que consulta la nueva realidad del mercado, tiene que ver con el logro de mayor eficiencia operacional y una significativa reducción de costos”. Y ese fue el propósito que se impuso la empresa y su grupo empresarial.

Aunque los precios repuntaron en los últimos dos años, se descolgaron definitivamente del techo de los US $100, promediando los US $52.10 para el año 2016 y US $56.82 para la referencia Brent en 2017. Era imperativo, entonces, ajustarse a la nueva realidad y Ecopetrol dio los pasos conducentes para lograrlo. Dicho y hecho. Se hizo un gran esfuerzo para reducir los costos operacionales, los de levantamiento del barril de crudo, los del transporte, el costo en diluyentes, en fin, en cuanto se pudo.

Gracias a ello, como lo manifestó el ex presidente de la empresa Juan Carlos Echeverri, “el precio al cual producimos caja está entre US $20 y US $30 y el nivel en el cual damos utilidades está entre US $30 y US $40”. Adicionalmente, se hizo un esfuerzo interesante en la comercialización, toda vez que se logró reducir el diferencial del precio de venta de la canasta de crudos de Ecopetrol con respecto a la referencia BRENT hasta los US $6, 50 menos con respecto a 2015, la mejor cotización en los últimos 7 años.


Este corte de cuentas tan favorable para Ecopetrol le mereció el reconocimiento de parte de la agencia calificadora de riesgo Moody´s Investor Services


El desempeño de Reficar también contribuyó con sus números al buen balance que presentará Ecopetrol a sus 340 mil accionistas, el próximo 23 de marzo, cuando se les propondrá repartir $3.65 billones en dividendos ($89 por acción), 55% de su utilidad neta de $6.6 billones, 323% mayor que el año pasado ($1.56 billones) y la más alta en los últimos 4 años. De estas, van a la Tesorería General de la Nación $3.2 billones, que sumados al pago de impuestos le significarán ingresos por la no despreciable suma de $8.2 billones, aproximadamente. Ecopetrol aprovechó, además, para pre-pagar deuda, reduciéndola de US $18.000 millones a US $15.000 millones.

Con la baja de los precios, bajaron también las reservas de Ecopetrol un 14%, al pasar de 1.849 MMBPE en 2015 a 1.598, atribuible a la baja del precio – base para su aforo de los US $55.57 el barril a US $44.49. Para el 2017, al calcularse las reservas con el precio de US $54.93, ello da como resultado la incorporación de 94 MMB de petróleo a las reservas. Adicionalmente, se añadieron 201 MMB y 73 MMB por cuenta de la gestión técnica y optimización financiera de los activos, amén del recobro mejorado, respectivamente. El efecto combinado de estos factores dio como resultado que las reservas de crudo de Ecopetrol se recuperaran, pasando de 1.598 MMBE a 1.659, para un incremento de 3.8%.

En cuanto a la producción de petróleo, sigue preocupando el alejamiento continuo de la otrora meta del millón de barriles/día a nivel nacional, alcanzada en 2013 y que desde entonces ha venido decayendo junto con las reservas. Ecopetrol no ha escapado a esta tendencia y es así como pasó de producir en promedio 760.000 barriles/día en 2015 a 718.000 barriles/día en 2016 y 715.000 en 2017. Ello se ha debido, en gran medida, a los trastornos que ha tenido la empresa, tanto en su operación como en el transporte del crudo, debido a los recurrentes conflictos sociales y laborales, así como a los frecuentes atentados contra la red de oleoductos.

Este corte de cuentas tan favorable para Ecopetrol le mereció el reconocimiento de parte de la agencia calificadora de riesgo Moody´s Investor Services, la cual, luego de analizar su P & G al cierre de 2017, le mantuvo su calificación en Baa3 con perspectiva estable, con una calificación de crédito individual (BCA) de ba3. Conceptuó esta firma que “la empresa ha sido exitosa en reducir sus costos operativos, lo que le ha permitido incrementar su flujo de caja y bajar su endeudamiento”. Y remata diciendo que todo ello se debe “a la mejora de los fundamentales de la compañía”. Y ello se da después de haber cambiado la perspectiva de la calificación de la deuda soberana de Colombia de estable a negativa.