Tras más de 100 días de gestión, la alcaldesa Claudia López ha demostrado liderazgo, temple y capacidad para gobernar una ciudad tan llena de dificultades como Bogotá. No en vano, el 71 por ciento de sus habitantes respaldan el trabajo realizado hasta ahora por la mandataria, quien ha logrado conectarse con la población a través de medidas como el pico y placa ambiental, el uso masivo de la bicicleta
para mejorar la movilidad y la aplicación de un nuevo protocolo de seguridad para el manejo de la protesta social.
Su compromiso con la comunidad quedó evidenciado también en la crisis que vivió la capital con la presencia del coronavirus en la ciudad, durante la cual sacó a flote su virtud de gerenciar para minimizar el riesgo de contagio de la enfermedad. Decisiones como el histórico simulacro de aislamiento social y el ponerse al frente de la campaña masiva de prevención para evitar colapsar el sistema de salud local, la fortalecieron aún más como gobernante. Y es que, en su discurso de posesión, Claudia López dejó claro que con su llegada a la Alcaldía Mayor de Bogotá, llegó también la ciudadanía, a la que en el arranque 23 Desde que estaba en campaña, López promovió el uso de la bicicleta para mejorar la movilidad en la capital del país. Convertir a Bogotá en una ciudad pionera en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es uno de los propósitos de la mandataria. de su gestión, le dio una participación activa en la búsqueda de soluciones a los problemas que presenta la ciudad. “Si logramos unir a Bogotá por encima de las diferencias políticas, ¡A nuestra Bogotá no la para nadie!” afirmó entonces la mandataria, quien se ha mostrado abierta a las críticas de sus adversarios para corregir lo que anda mal, pero también enriquecer lo que está bien. “Ante la crítica hay que ser humilde y estar dispuesto a escuchar y mejorar”. Aunque reconoce que la labor de la alcaldesa ha sido efectiva en aspectos ambientales y normativos, el concejal del Polo Democrático Alternativo (PDA), Carlos Carrillo, cree que en otros como el del sistema de transporte masivo, no ha cumplido con las expectativas que se tienen. “Por un lado, creo que ha tomado decisiones acertadas algunas en temas de medio ambiente, también está demostrando a diferencia de lo que sucede con el Gobierno Nacional, ser una persona que tiene un mando legítimo ante una situación de crisis como la que vivimos con el asunto de la pandemia, pero sus decisiones en temas de infraestructura y de movilidad, son completamente desacertadas y una continuación del modelo de Enrique Peñalosa”, agrega. El dirigente político admite que los niveles de popularidad de López son altísimos, lo que en su opinión, es atribuible a las acertadas estrategias de comunicación que ha tenido su administración.
La mandataria local le apunta al cambio colectivo con la inversión en las prioridades de la capital, las cuales se encuentran en el plan de gobierno denominado “un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI”. “Es el momento de asegurar que Bogotá y su región sean un ejemplo nacional y global de cultura ciudadana y desarrollo humano, incluyente y sostenible”, expresa López. La meta es que la ciudad se convierta en líder regional y global con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promovidos por Naciones Unidas. Pese a que el programa de gobierno tiene una vigencia de cuatro años, este plan está proyectado hasta el 2030, con el fin de lograr la ejecución de los ODS, y que la próxima administración avance en las metas que se han propuesto para cumplir con los plazos fijados por el organismo internacional. El nuevo contrato social que la alcaldesa tiene con la capital, le apuesta a la inclusión social y a la reducción de la pobreza. Dentro de las medidas ambientales, se contemplan políticas para incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte, el carro compartido, el aumento de áreas verdes, el reciclaje, el manejo de residuos y la preservación del agua. “En nuestras manos está entregar a nuestros hijos una ciudad capaz de cuidar y fortalecer sus recursos ambientales y de reconocer y respetar todas las formas de vida”, asegura la mandataria. La alcaldesa reconoce que una de las cosas más difíciles que ha tenido que enfrentar son las protestas sociales, por la infiltración de agentes externos que fomentan el caos dentro de las movilizaciones pacíficas. Según López, el problema real no son las marchas, sino los vándalos.