Energía eléctrica con excelentes calificaciones a nivel mundial
Para nadie es un secreto que Colombia ha vivido siempre una situación de privilegio a razón de sus recursos naturales. Privilegio que muchos envidian y que pocos comparten, en pleno siglo XXI, dictado por el impacto que han tenido las nuevas tecnologías en el desarrollo de la condición humana, la variedad de posibilidades del país para producir energía eléctrica le ha implicado a Colombia una de las mejores
calificaciones del sector a nivel mundial.
Colombia lo tiene todo. Recursos hídricos suficientes para triplicar, si el país así lo deseara, la instalación de nuevos sistemas hidrológicos. Tiene más vientos que cualquier otro país de la región (sobre todo en La Guajira, departamento con un potencial de desarrollo en energía eólica sin precedentes), con una radiación solar tres veces por encima de la media de América Latina, razón por la cual Colombia ya está viendo un fuerte desarrollo en paneles solares. Es por eso que Ángela Montoya, la presidente de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), agremiación que agrupa a 15 empresas del sector que representan el 70% de la capacidad efectiva neta de generación en el territorio nacional, define a Colombia como una nación privilegiada.
También con posibilidades de hacer biomasa, una forma de generación energética que aún no se ha hecho en Colombia pero que implica el uso de fuentes como llantas, desechos y bagazo de caña de azúcar, entre otros, el país tiene proyecciones de venderle energía eléctrica a Panamá para abrirse al mercado centroamericano y planea hacerlo a través de la calidad de nuestra energía, de la confiablidad de la misma, pero sobre todo con la competitividad de los precios.
Calificaciones mundiales
Una vez al año, el World Economic Forum y el World Energy Council, en Davos (Suiza), miden al sector eléctrico mundial en tres aristas denominadas trilema: en cómo está el país ambientalmente, en cuál es la confiabilidad energética del mismo y cuánta gente está conectada a una red eléctrica. Ante estas tres variables, Colombia es la cuarta potencia más limpia del mundo en generación eléctrica. Frente a la confiabilidad, lo que significa que ante cualquier circunstancia o adversidad el país no se apague, “Colombia tiene asegurada la energía. En el Fenómeno del Niño, con baja o alta hidrología, con sequía y con Fenómeno de la Niña, somos confiables y tenemos una calificación que nos ha puesto en el octavo lugar a nivel mundial en esta variable”, señala Montoya, quien además destaca que Colombia es el único país de América Latina en figurar en los primeros diez puestos del ranking mundial en esta medición.
Energía para la Colombia
más profunda
Pero falta una variable: equidad, es decir, ¿cuánta gente está conectada al recurso? Si bien, a este respecto, Colombia tiene la calificación más baja con relación a las otras dos variables, el país ha logrado llegar al 98% de conexión y aunque el 2% restante es, de acuerdo con Montoya, inaceptable, se está trabajando por reducir la brecha al 1%.
“Hay que tener presente que la responsabilidad no es exclusivamente de las empresas generadoras de energía eléctrica; esta también es una responsabilidad gubernamental. Por supuesto, no deberíamos tener a nadie fuera de conexión, pero Colombia tiene lugares tan lejanos, que conectarlos cuesta mucho trabajo.
Tras recordar que desde 1991 no ha habido apagones, Montoya aclaró que la responsabilidad en la red también está en los distribuidores y comercializadores. “Cuando una región se apaga, esto suele deberse a un problema técnico o a un atentado (que desafortunadamente aún ocurren en el país), pero no a un déficit de energía. Realmente después de 1991 cuando se cambió el sistema eléctrico, cuando se sancionó la Ley 142 y el sistema se modificó haciendo que la generación pasara a manos de particulares, se evitaron desde entonces los apagones”, dice.
Por último, en los últimos 10 años las empresas que hacen parte de Acolgen le han entregado a las corporaciones autónomas regionales, 5,9 billones de pesos única y exclusivamente para mantener las cuencas, siendo el único propósito de ese recurso. “Es muy importante que un país mayoritariamente hidráulico como Colombia haga un buen uso del agua. Nosotros, de hecho, la utilizamos y la dejamos en mejores condiciones de lo que la recibimos río arriba al limpiarla para que los equipos no se dañen. Posteriormente esa agua se turbina, se genera la energía y se entrega más limpia río abajo”, explica.
Para Acolgen y todas sus empresas asociadas, es imperativo mantener los elevados estándares impuestos por las excelentes calificaciones mundiales del sector, y las empresas buscan sostener dos variables: continuar siendo medioambientalmente limpios y que el sector mantenga el 2,89% de emisiones de gases de efecto invernadero. “Y, además, con el ingreso de las renovables no convencionales, no solamente se va a mantener esa cifra de baja contaminación, sino que se van a reducir aún más esas emisiones”, finaliza diciendo.