Venezuela atraviesa por una profunda crisis económica, que podría ser mucho peor si el Fondo Monetario Internacional (FMI) acierta en sus proyecciones sobre una inflación del 1.000.000% al cierre del 2018. La situación podría disparar aún más la cifra de venezolanos que huyen de su país hacia Colombia y otras naciones de Suramérica, ante la escasez de alimentos, medicina y bienes básicos.
Aunque el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció un programa de recuperación económica que incluirá la eliminación de cinco ceros a la moneda, la medida no parece ser suficiente para lograr que esa nación salga del estancamiento institucional y financiero en que se encuentra. Los expertos atribuyen la situación a un manejo fiscal desordenado y a la improvisación en las políticas aplicadas hasta ahora por el gobierno vecino para contener la inflación. Con la nueva medida, Maduro busca facilitar las transacciones financieras, así como darle la mayor estabilidad posible a la moneda local. Pero líderes opositores, como Henrique Capriles, consideran que suprimirle cinco ceros no resuelve el problema del crecimiento desbordado en los precios. Aquí el tema no es el nuevo cono monetario (…); es un caos, es un drama lo que se vive en nuestro país, y lo que queremos es una solución, expresó. Como parte de programa de recuperación económica, el mandatario anunció también que exonerará de impuestos por un año a quienes traigan bienes de capital, materias primas, maquinarias e insumos.
Panorama desfavorable
Según la más reciente estimación del FMI, el panorama que le espera a Venezuela puede ser peor, probablemente con una inflación que podría llegar al finalizar el año al 1.000.000%, agravando aún más la crisis en la nación andina. El organismo financiero fundamenta sus proyecciones en la velocidad con que el dinero está perdiendo valor, generando incertidumbre entre la población. Para el Fondo Monetario Internacional es claro que Venezuela va camino a perder la mitad de su Producto Interno Bruto (PIB), principalmente por la caída en la producción del petróleo y la distorsión que sufre su economía. A esa situación se suman los problemas que tiene la gente para el acceso a los servicios públicos de salud, agua, energía eléctrica y transporte. Esto ha llevado a un éxodo masivo de venezolanos hacia Colombia y otros países de Suramérica (más de 1.6 millones), en busca de mejores condiciones de vida y refugio. Los analistas consideran, que, de no funcionar las nuevas medidasanunciadas por Maduro, la migración será mayor, con un alto impacto en el continente. Este es un problema con unas consecuencias fiscales hoy delicadas pero que pueden convertirse muy rápidamente en graves. Y no solo para Colombia, hay muchos venezolanos que están en otros países, dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, a medios internacionales.
Destacó que hasta el momento Colombia le ha hecho frente a la migración venezolana con sus propios recursos, pero ya comienza a tener problemas fiscales por el alto número de personas que han llegado a Bogotá y demás ciudades intermedias y que necesitan de los servicios de salud, educación y alimentación. Según organizaciones no gubernamentales, la cifra superaría los 800 mil.
Un plan de rescate
Ante el panorama sombrío, que podría llevar a un aumento de la protesta social, han surgido voces que plantean la necesidad de que Venezuela acuda a un plan de rescate para su estabilización macroeconómica que incluya la reactivación urgente de la industria y desmonte al control del tipo de cambio. Pero, para poner la casa en orden, se requiere mucho más que eso, como, por ejemplo, una financiación adicional en la que jugarían un papel importante el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en opinión de los expertos. Para Cárdenas, es indispensable frenar primero la hiperinflación, la cual atribuye a un manejo fiscal “desordenado”. Lo preocupante, según el FMI, es que no se ve ninguna línea de política económica que apunte hacia una corrección de la difícil situación que vive esa nación.