septiembre 8, 2024
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Turismo para construir paz

Pensar en el turismo como el motor del desarrollo en la etapa del posconflicto no es una idea descabellada. De un lado, la firma de los acuerdos de paz, tras cinco años de negociación en La Habana, le ha dado la oportunidad a Colombia de ofrecer un territorio más amplio del que contaba hace tres, seis o nueve años. Y de otro, porque la industria turística se ha erigido como una herramienta de empoderamiento de las comunidades que sufrieron la confrontación y a las que ser agentes de su propio cambio les podrá servir para reconstruir su tejido social. Consciente de ello, el Viceministerio de Turismo, liderado por Sandra Howard, viene adelantando una serie de estrategias, no solo para promover al país como un destino o experiencia, sino también para aportar a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia.

Son tres las líneas de trabajo priorizadas por el Viceministerio de Turismo para consolidar a este sector como uno de los más competitivos en la etapa del posconflicto en Colombia. La primera, le apunta a cualificar la oferta que presentan los destinos, a través de un trabajo muy cercano con las comunidades y los operadores turísticos. La segunda, dirige sus esfuerzos en la adecuación de la infraestructura, por medio de inversiones públicas y privadas, que no solo contribuyan a mejorar la experiencia sino también la accesibilidad. Y la tercera, promueve, tanto a nivel nacional como internacional, los productos en los que están enfocadas las campañas “Colombia: tierra de la sabrosura” y “Seguro te va a encantar”. “Ya este sector entendió que la única manera de reconstruir el tejido social de algunas zonas marginadas por el conflicto es a través de procesos turísticos”, sostiene la viceministra, Sandra Howard. “Queremos identificar sus talentos, valores y riquezas, y apoyarlos para que salgan a mostrarse” ante el mundo, agrega.

Cualificando la oferta

Cuando el Ministerio tituló su plan sectorial como “Turismo para la construcción de paz”, le empezó a dar un enorme protagonismo a esta industria en la reconstrucción del tejido social de los lugares donde más se sufrieron los rigores de la guerra. “Desde el 2014, antes de tener el norte de los acuerdos mucho más claro, entendimos que las regiones querían construir un nuevo modelo de vida a través de la paz”, afirma Howard, quien además recuerda que se puso en marcha una estrategia para privilegiar cuatro zonas del país en su objetivo de reconvertir sus economías hacia este sector. Así, el Urabá (Antioquia/Chocó), la Sierra Nevada de Santa Marta (Magdalena/Guajira/Cesar), la serranía de La Macarena (Meta) y Putumayo recibieron un primer acompañamiento del Gobierno Nacional para capacitar a las comunidades y empoderarlas como agentes de su propio trabajo. “Fácil hubiese sido promover cadenas hoteleras que contrataran a los pobladores como mano de obra, pero no se trata de eso […] Ellos quieren ser actores principales de esta historia que se está escribiendo”, asegura la viceministra. El éxito de esta iniciativa hizo que la experiencia se multiplicara en los Montes de María y Palenque (Sucre/Bolívar), y en los departamentos de Caquetá, Vichada y Cauca, donde ya el Ministerio ha cubierto al menos 132 municipios que, como sostiene Howard, “durante años fueron anteriores escenarios de conflicto y hoy son destinos de paz”.

No basta con ser potencia natural

Colombia cuenta con un enorme potencial turístico gracias a su riqueza natural, la variedad de sus climas y los nuevos territorios que el país está conociendo tras la firma del acuerdo de paz. Sin embargo, para convertir a esta industria en el motor del desarrollo en la era del posconflicto, se necesita trabajar en el mejoramiento de la infraestructura, pues solo así se pasará de ofrecer un destino a promover también una experiencia. Persiguiendo ese objetivo, el Gobierno les ha venido entregando incentivos a los empresarios, quienes a través de sus inversiones pueden seguir contribuyendo al mejoramiento de las condiciones materiales de los lugares dignos de ser visitados, ahora que la guerrilla más antigua del hemisferio occidental se ha desmovilizado. Según estimaciones del Viceministerio, el sector privado ha aportado cerca de 5.7 billones de pesos en los últimos 15 años, que han representado un aporte importante para la industria en varios frentes. Adicional a ello, señala Howard, el Ministerio apoya a las alcaldías locales en proyectos que difícilmente estas podrían desarrollar. “Invertimos en el mejoramiento de los embarcaderos, de los senderos turísticos, los centros de convenciones, etc. […] Lo que hacemos es un cofinanciamiento”, añade.

Nuevo sendero turístico en el Parque Natural Ensenada de Utría. Con esta infraestructura se les brinda a los visitantes la posibilidad de realizar ecoturismo seguro haciendo uso de un sendero con la debida señalización y los escenarios adecuados para interactuar con la comunidad local.

Promocionando Colombia

A través de la música y los ritmos que describen la geografía nacional, Colombia se proyecta como una “Tierra de Sabrosura”. “Esta es la campaña con la que estamos asistiendo a todas las ferias internacionales, donde a través de la música promovemos nuestra cultura, nuestros destinos y nuestra gente”, afirma la funcionaria. Si bien los seis millones 500 mil extranjeros que han visitado el país desde la firma del acuerdo de paz representan un ascenso extraordinario en el número de visitantes, Howard insiste en que el país se proyecta en un crecimiento más moderado.  Finalmente, la viceministra reafirma que la apuesta no se reduce exclusivamente al plano internacional, pues uno de los grandes objetivos del Gobierno es incentivar a los colombianos a apropiarse de su nación viajando. “No podemos perder de vista que aproximadamente el 80% del turismo que mueve a un país corresponde al turismo doméstico […] Por eso decimos: es el momento de Colombia, conócela, recórrela, disfrútala: seguro te va a encantar”, concluye.

Con la campaña “Es el momento de Colombia. Seguro te va a encantar”, el Gobierno Nacional y los gremios del sector turístico esperan que la economía de las regiones se dinamicen y las comunidades locales reciban directamente los beneficios de la industria turística.