La crisis sanitaria que enfrenta el mundo ha generado desesperación e incertidumbre ante la falta de una vacuna certificada en el mercado que permita controlar el virus.
Cuando en Colombia se han reportado 340 víctimas mortales por Covid-19, en un hospital del sur de Bogotá, profesionales de la salud habrían suministrado dióxido de cloro a pacientes contagiados con la enfermedad, pese a las recomendaciones que han hecho diferentes organizaciones como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) sobre los riesgos que podría causar el uso de desinfectantes como alternativa para tratar el nuevo virus.
No obstante las advertencias sobre los efectos secundarios que puede generar el acudir a este tipo de químicos, como la insuficiencia respiratoria, cambios en la actividad eléctrica del corazón, baja presión sanguínea causada por deshidratación y daño hepático agudo, algunos especialistas han pensado en opciones como esa.
El fallido ensayo clínico habría iniciado en el hospital San Carlos, por iniciativa del médico Yohanny Andrade, quien aseguró que de manera personal utilizó el producto como tratamiento debido a que él mismo fue paciente positivo para Covid-19.
“Por esta razón y de manera individual sugirió el tratamiento a tres pacientes, los cuales aceptaron de manera libre las recomendaciones que dicho profesional realizó en su momento y a su vez contó con el consentimiento de los mismos. Dichos pacientes fueron contactados por la Dirección Científica de la Fundación, quienes corroboran su consentimiento y se encuentran en buenas condiciones de salud”, indicó un comunicado de prensa emitido por el hospital.
Sin embargo, aclaró que “la Fundación Hospital San Carlos no avala esta práctica, no hay ningún documento oficial de dicha investigación, ni tampoco cuenta con autorización para el desarrollo de la misma. Dicho producto no existe dentro de la institución, es decir, que no se ha adquirido, ni almacenado”.
Pese a las afirmaciones, se conoció que el experimento fue registrado el 7 de abril en un sitio de la biblioteca de medicina de Estados Unidos, donde se reseñan los ensayos clínicos que se hacen para tratar el Covid-19. Adicional a Andrade, aparece como investigador el médico Eduardo Insignares.
De acuerdo con las denuncias, la investigación se llevaría a cabo entre abril y junio de 2020 con un diseño cuasi experimental en dos centros de atención médica en una muestra de veinte pacientes. A través de intervención directa se medirán los cambios en los síntomas de infección después de la administración de la preparación del estudio, para determinar la efectividad del dióxido de cloro en el grupo tratado.