El hombre en su vida diaria genera continuamente residuos, comúnmente conocidos como “basura”. El volumen de ellos en el mundo es inmenso y escuchar solo ese término es sinónimo de tener un problema. Según cifras arrojadas por estudios del Banco Mundial, en 2015 la tasa mundial de producción de basura por habitante y por día era de 1,20 Kg., estimando que para el año 2025 se alcanzaría una cifra de 1,42 Kg/habitante-día. Realizando una adecuada disposición final de los residuos, con máximo aprovechamiento y con la aplicación de una economía circular (3R – Reutilizar, Reducir, Reciclar), se pueden generar ingresos y obtener beneficios muy interesantes: La basura es una riqueza ilimitada, de producción continua y en constante aumento; va de la mano con el incremento de la población, con grandes impactos ambientales negativos por su forma de disposición actual. Según cifras de Superservicios, en Colombia se producen cada día treinta y dos mil toneladas (32.000 tpd) de RSU, con las que se podrían generar cada hora 1.067 MW de energía renovable (FNCER) para entregar a la red (el 45% de la capacidad máxima de Hidroituango) o producir 2 millones de galones de biodiesel por día o una combinación de ambos. Adicionalmente, con la aplicación de una economía circular (3R), podemos regresar a cadenas productivas 7.066 toneladas por día de recuperados (plásticos, vidrios, férreos, no férreos, aluminio, gravilla y arena, etc.), sin contar en esa cifra el material recuperado hoy por los recicladores, pues no hacemos ningún cambio en la cadena de recolección existente. Es una riqueza que se entierra sin contar los enormes perjuicios ambientales que ocasiona. La situación es aún más grave si se tiene en cuenta que Colombia solo tiene reservas probadas de petróleo para los próximos 6 años, más una emergencia ocasionada por el retraso de Hidroituango. Hoy es prioridad del Gobierno Nacional y de UPME llevar a la práctica proyectos de energía renovable utilizando fuentes no convencionales. Se requiere un máximo de aprovechamiento En América Latina existe una condición común: bajas tarifas de disposición final por tonelada, las que corresponden aproximadamente al 10% de las existentes en Estados Unidos, USA, o al 5% en la Unión Europea (UE), siendo esta la causa para el retraso en el ingreso de las nuevas tecnologías. Se requiere un máximo aprovechamiento, tanto de la parte orgánica como de la inorgánica, tecnología de punta probada y pasar de una economía lineal a una circular (3R) cumpliendo con todos los parámetros ambientales mundiales, llegando al rechazo mínimo (vertedero cero), como se ha establecido en las últimas cumbres mundiales COP. En nuestro caso, este rechazo es de solo el 2%, el cual puede eliminarse con la aplicación de otra tecnología (FastOx®), que involucraría también el tratamiento adicional de residuos hospitalarios, peligrosos, de construcción y llantas, lo que se hará en una segunda fase de nuestro proyecto. La tecnología principal que se integra en el proyecto está patentada desde 2003 y consiste en la utilización de un autoclave de flujo continuo (Hidrólisis) por el fabricante WāstAway®; se separan los residuos inorgánicos de los orgánicos, se aprovechan los inorgánicos y se transforman los orgánicos en un biocombustible, Fluff® (FNCER), homologado por EPA (USA) como un combustible secundario no peligroso NHSM apto para remplazar el carbón mineral; cumple norma CEN/TS 15359 clase 2/2/1 (UE). Tiene un excelente poder calórico (5.000 Kcal/Kg.), siendo homogéneo, estéril, sin patógenos, inocuo y de larga vida útil, cuyas características han sido certificadas por SGS en diferentes países, uno de los principales laboratorios de investigación y certificación del mundo, así como por institutos de renombre especializados y centros de investigación de prestigiosas universidades. Posteriormente el Fluff® se usa para generar energía eléctrica o producir biodiésel, con el objetivo de “Hacer que la energía limpia sea competitiva en costos frente a los combustibles fósiles y más accesible para las personas quienes son los que más lo necesitan”, mejorando sustancialmente la calidad del aire y reduciendo los gases de efecto invernadero hasta en un 80%, al no usar combustibles de origen fósil, que es la tendencia mundial. Este no es un proceso de incineración. Avances logrados La tecnología complementaria para producir Biodiesel es PPI®, patentada, probada y galardonada con importantes premios, es mucho más eficiente que la convencional, Fischer Tropsch; tiene un rendimiento doble en la obtención de combustible (con cada tonelada de residuos sólidos 62 galones (PPI) Vs. 31 galones (FT)); es el último avance logrado en Estados Unidos, donde la compañía productora tiene ya varios contratos de implementación para obtener biodiesel de la Biomasa presente en los residuos sólidos urbanos. Vitalogic RSU SA, es una empresa existente desde 2007 que representa en América Latina compañías dedicadas a la investigación y búsqueda de soluciones ambientales para el problema mundial de las basuras, WāstAway®, PPI® y FastOx®, entre otras, todas ellas galardonadas con premios de innovación tecnológica, en funcionamiento y probadas a la saciedad. Los estudios y análisis que hemos desarrollado nos permiten ofrecer sólidos proyectos a nuestro riesgo, “llave en mano”, autosostenibles, con aprovechamiento máximo, para generar energía y/o Biodiesel con máxima eficiencia, sin afectar las tarifas actuales de disposición final, con operación y mantenimiento a nuestro cargo, viables desde todo punto de vista (técnico, ambiental, comercial, financiero, jurídico y social) y con financiamiento 100% asegurado por Banca de Inversión extranjera, sin riesgo alguno para el Estado. Hemos participado en simposios y ferias internacionales bajo esta óptica; en este contexto, en junio de 2009 trajimos a Bogotá al doctor Michael Eley PhD, precursor de la tecnología de hidrólisis, como conferencista invitado al Foro Internacional “Alternativas para la Disposición Final de Residuos Sólidos”; El Foro contó con una amplia participación de expertos mundiales provenientes de Alemania, Austria, Brasil, Colombia, Corea, Corea del Sur, Ecuador, Estados Unidos y Francia. Para poder implementar estos proyectos en el país, se necesita colaboración política, exigiendo el cumplimiento de la normatividad ambiental vigente. Así se cumplirá nuestro lema: “Tomamos algo que el mundo no quiere y lo convertimos en algo útil”. La conversión de la basura en