Aparte de tener el reconocimiento de la ciudadanía por la buena gestión que ha realizado en la Alcaldía de Villavicencio, Wilmar Barbosa Rozo también ha sido destacado por la Procuraduría General en su más reciente informe sobre el Índice de Gobierno Abierto (IGA). Sobre la premisa de “cumplir los procedimientos establecidos por el Estado colombiano”, logró que la capital del Meta ocupara un lugar en el top 10 de los municipios con mejores niveles en la gestión pública territorial, un verdadero reconocimiento al arduo trabajo que comenzó en 2015 y por medio del cual espera, al final de este periodo, dejar grandes transformaciones para la ciudad. Ubicada en el pie de monte de la Cordillera Oriental, la “Puerta del Llano”, como también se le conoce a Villavicencio, es un enclave para Colombia desde varios puntos de vista. Primero, por su posición geográfica y el hecho de ser el centro comercial más importante del departamento del Meta, a solo 90 kilómetros de la capital del país. Segundo, por la conciencia ambiental que se ha promovido desde la administración municipal y que se erige como una experiencia exitosa para otras ciudades. Y tercero, por el papel que jugará en el posconflicto, pese a no haber sido incluida dentro de los programas impulsados en esa materia. De ahí que tome aún más relevancia el reconocimiento de la Procuraduría, a través de su reporte sobre el Índice de Gobierno Abierto (IGA), donde la Alcaldía ha manejado elevados estándares de transparencia y eficiencia que, a fin de cuentas, aumentan la gobernabilidad y la convierten en modelo de gestión territorial para todo el país. Wilmar BarbosaIngeniero agrónomo de la Universidad de los Llanos, investigador en Corpoica en el departamento de Arauca y director de Planeación en el Vaupés. Se ha desempeñado como consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), también ha trabajado en la Gobernación del Meta como director de los institutos de Cultura y Turismo, así como en la Secretaría privada, y llegó a la Alcaldía de Villavicencio impulsado por el movimiento ciudadano “Unidos Podemos”. Top 10 de los 1.101 municipios Con una calificación de 84.2 en el IGA, Villavicencio superó por amplio margen el promedio nacional (64.4) y el del departamento del Meta (70.1). “Considero que es apenas el cumplimiento de los procedimientos que están establecidos en el país […] Aplicamos todas las normas, publicamos los resultados de nuestra gestión y no hemos evadido esa responsabilidad en ningún momento”, señala Barbosa Rozo. El índice evalúa fundamentalmente la gestión documental, los procesos de contratación, la transparencia y rendición de cuentas, así como los avances del gobierno en línea. Frente a este último rubro, el alcalde destaca que “hoy tenemos muchos procedimientos que las personas pueden adelantar de manera efectiva a través de internet, que han sido el resultado de convenios interinstitucionales con bancos y otras empresas”, lo que ha descongestionado sustancialmente la tramitología. Panorámica de Villavicencio tomada desde el monumento de Cristo Rey, ubicado en el cerro El Redentor. Manejo responsable de los recursos Queriendo evitar no poder cumplir con alguna promesa de campaña, debido a las dificultades en la asignación de los recursos, desde su primer día la Alcaldía diseñó un plan de desarrollo que se pudiera ejecutar. “Lo construimos con metas cumplibles y muy ambiciosas, siendo propositivos y responsables con las obras no ejecutadas en administraciones anteriores”, asegura Barbosa. Insiste el mandatario que aunque la reforma del Sistema General de Regalías redujo la asignación presupuestaria para Villavicencio, con voluntad política se han realizado grandes inversiones en materia de vivienda, seguridad, movilidad, educación, medio ambiente y competitividad. “Quisimos poner la casa en orden, generar mayores resultados para la gente y priorizar proyectos que antes se veían como sueños que no se iban a completar”, sostiene. El Gobierno municipal ha apoyado a los integrantes de las asociaciones de recicladores de Villavicencio. El los dos primeros años de la administración, el gobierno de Villavicencio ha entregado cerca de 4.800 viviendas de interés social. El Gobierno municipal apoya a la población víctima con asistencia psicosocial, alimentaria y entrega de elementos como sillas de ruedas para mejorar su calidad de vida, entre otras ayudas. Promoviendo la inversión A tan solo 90 kilómetros de Bogotá, y con una infraestructura vial que seguramente dinamizará el comercio, Villavicencio se convierte en un mercado grande y prometedor para Colombia. “Nos hemos convertido en una atractivo para que instituciones extranjeras, certificadas y de alta calidad vengan a invertir”, afirma el mandatario. Con el objetivo de seguir promoviéndola, la administración pública busca generar incentivos y exenciones tributarias para ofrecerle al empresariado la seguridad jurídica para aumentar su competitividad. “Tenemos todas las potencialidades y oportunidades por desarrollar, solo necesitamos ponernos de acuerdo para generar mayores posibilidades de inversión”, resalta Barbosa Rozo. La administración municipal viene ejecutando proyectos viales para mejorar la movilidad y generar desarrollo. Ciudad clave en el posconflicto Si bien la capital del Meta no sufrió directamente la confrontación entre la Fuerza Pública y la antigua organización guerrillera de las FARC, el hecho de ser la ciudad más grande de uno de los departamentos con más presencia histórica de la insurgencia, la convirtió en el destino de miles de desplazados que hoy engrosan la lista de la Unidad de Víctimas. “Villavicencio está por encima de los 600 mil habitantes, de los cuales 138 mil sufrieron directamente la confrontación, es decir, el 26% de nuestra población es víctima del conflicto”, aseguró el mandatario. Aun así, por no haber tenido una zona de concentración de los excombatientes, la ciudad quedó excluida de los programas del posconflicto, lo que ha motivado el rediseño de varias políticas por parte de la administración para el éxito en la construcción de escenarios de paz. “Hemos tenido que modificar nuestra estructura orgánica esperando no ser inferiores a los retos que vienen para el país. Por ejemplo, nuestra Secretaría de Gobierno ahora se llama Secretaría de Gobierno y Posconflicto, y tenemos una muy fuerte dirección de Derechos Humanos”, sostiene Barbosa. “Aplicamos todas las normas,