Inquisición del siglo XXI

Luis Fernando Ochoa Exrepresentante a la Cámara   Tal como sucediera en el medievo, que quien no estuviera de acuerdo con las ideas y filosofías del establecimiento de la época, era sometido a las más rigurosas persecuciones y linchamientos públicos, escarnios que fueran justos o no, habían que realizarse para satisfacer el ego y el poder de los tiranos, hoy estamos presenciando uno de los ataques más frontales por parte del representante del Ministerio Público a una compañía de salud que fue adquirida en una licitación pública, donde probablemente quienes participaron en su compra a Cafesalud EPS (en liquidación), no fueron de los afectos de quien dirige ese ente de control. No es un secreto que el sistema general de seguridad social en salud durante el desarrollo de estos 25 años tenga un sinnúmero de deficiencias técnico-administrativas y dificultades económicas, y que estas tengan que entrar a ser resueltas por el actual Gobierno y Congreso de la República. Ya en artículos anteriores hemos puesto en evidencia algunas falencias del Sistema de Salud, como son: 1. La desfinanciación de la UPC del régimen subsidiado con respecto al contributivo; 2. El No Pos que no tiene doliente, donde algunos entes territoriales se declaran ilíquidos y desfinanciados para poder asumir los  costos de este; 3. Las elecciones a dedo de gerentes de hospitales por parte de las corporaciones territoriales; 4. La no claridad y unificación de precios de los  planes de  beneficios  de  los  regímenes  contributivo y subsidiado,  entre  otros problemas  a  resolver. “Sorprende de una manera extraña el papelón que viene haciendo el Procurador en contra de la EPS Medimás”. Pero, como podemos observar, todas estas deficiencias no son solo el resultado de uno de los actores del sistema, sino un problema estructural de todo el aparato de salud. La Supersalud a todos los integrantes del sistema les ha establecido unos indicadores de quejas y reclamos que podemos consultar en cualquier momento; donde se puede concluir que ninguno tiene en sus estadísticas el 100 por ciento de la satisfacción de los usuarios. Es por ello que sorprende de una manera extraña el papelón que viene haciendo el Procurador en contra de la EPS Medimás, y que, como es ya conocido por la opinión pública, esta EPS tuvo que retomar la cascada de tutelas y estancamiento de atenciones de su antecesora Cafesalud, y que durante su operación ha llegado a los indicadores de quejas y reclamos de las otras aseguradoras del país. Entonces, nos quedan varios interrogantes, como ya los han hecho  entrever algunos medios de comunicación: ¿Será que había alguna intención de que la Aseguradora Española Sanitas se quedara con Cafesalud, a pesar de que su propuesta era de 200 mil millones frente a la otra que fue de 1.2 billones?, ¿o se quería dar tan solo un presente en gratitud a la madre patria? Llama poderosamente la atención porque la Procuraduría General de la Nación, en el marco de sus funciones de seguimiento y control preventivo a las políticas públicas, antes de la asignación de la venta a uno de los proponentes, no realizó ninguna observación en la atención de los más de 6 millones de pacientes de Cafesalud y que venía con más de 40.000 tutelas sin atender. Ante tal sesgo de extralimitaciones de poder por parte de un todopoderoso del país, no dejan de llegar a mi memoria las injusticias cometidas en la edad media por sus inquisidores. Ojalá en pleno siglo XXI no se vuelva a ver nuevamente la persecución de brujas realizada en el pasado por poderosos aduciendo su seudo preocupación por los colombianos. Y si así fuera, y teniendo en cuenta que el acceso a la salud en Colombia es muy difícil en condiciones dignas, el ideal sería ver al Ministerio Público actuando eficazmente en pro de la salud de todos los ciudadanos, y no pelando el cobre ante el país porque alguna aseguradora nos incomoda o no es de nuestros afectos.  

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