José David Name
Una reforma integral a la justicia
José David Name Senador, Partido de la U El Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, sorprendió al país al anunciarle al director del INPEC, General Jorge Luis Ramírez Aragón y a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, que habría que suspender las capturas en por lo menos 9 de los 32 departamentos del país, debido al hacinamiento de reclusos en las “carceletas” de varias Unidades de Reacción Inmediata (URI). La noticia corrió como reguero de pólvora debido a la gravedad que entraña semejante anuncio, más aún, teniendo en cuenta que provenía del Jefe del máximo ente acusador en Colombia, a lo que se le suma el inocultable impacto que tendría para la seguridad ciudadana la puesta en práctica de tan preocupante advertencia. En efecto, en las salas de paso o “carceletas” de las URI permanecen 1.023 personas, pese a que la capacidad de esos sitios es de apenas 663, según la carta del Fiscal, en la que se refiere a 9 de los 32 departamentos, entre ellos Atlántico, La Guajira, Nariño y Norte de Santander. Pero, a las afirmaciones que contiene la misiva del Fiscal, se han sumado una serie de hechos que han venido caracterizando episódicamente a la justicia en nuestro país, como son las órdenes de libertad por vencimiento de términos, para reconocidos delincuentes que en ciudades como Barranquilla siembran el terror y controlan a comunidades enteras. Según registros del mes de marzo del presente año, publicados en el Diario El Heraldo, en solo 8 meses salieron 259 reos, tras la aplicación de medidas para combatir el hacinamiento en las cárceles colombianas; medidas que fueron dispuestas por la Ley 1760 del 6 de julio de 2015 (Artículo 137. Numerales 4, 5 y 6): “Por medio de la cual se modificó parcialmente la Ley 906 de 2004”, y la Ley 1786 de julio de 2016: “Por medio de la cual se modifican algunas disposiciones de la Ley 1760 de 2015”. “La consigna no puede ser otra que consolidar, mediante una reforma de fondo e integral, un sistema judicial que garantice la seguridad ciudadana”. Sin embargo, según el registro de prensa, en aquel período, 259 personas salieron en libertad por vencimiento de términos, pero 650 individuos fueron encarcelados, lo que en la indiscutible lógica de las matemáticas equivale a que aumentó el número de internos en las cárceles. Así las cosas, observamos que el hacinamiento invocado por el Fiscal Néstor Humberto Martínez como una amenaza contra las órdenes de captura, en la lucha contra la delincuencia, y al mismo tiempo las normas legales establecidas para menguar el hacinamiento, se han convertido en una especie de círculo vicioso que encierra a dos obstáculos para la Justicia y el Orden en el país, como son el hacinamiento y el vencimiento de términos. A ello le agregamos la falta de decisión del INPEC para la construcción de nuevas prisiones, pese a los anuncios realizados desde el año 2016; que en muchos casos han sido ahogados por el rechazo de las comunidades cercanas a los puntos escogidos para las construcciones de las denominadas megacárceles, mientras crece la población carcelaria y el hacinamiento que en la actualidad se calcula, en promedio, en un 54%, según datos del INPEC. Tales problemas, ligados con los presuntos actos de corrupción en la rama judicial, en todos sus niveles, ampliamente conocidos por la ciudadanía, nos muestran un panorama incierto para el control de la criminalidad en el país y una justicia inviable por las condiciones propias de su entorno y de algunos reductos de su aspecto interno. Pese a todo ello, sería ilógico e injusto vaticinar en tono trágico que como consecuencia de todo lo anterior podría resultar imposible cumplir con el mandato constitucional de velar por la vida, honra, bienes y demás derechos y libertades de los ciudadanos, ante una sociedad que espera todo lo contrario y que es víctima del temor que produce tan espantoso panorama. Por eso, considero en mi condición de congresista, pero más como ciudadano, que ante este hecho que no hace distingos de ninguna clase, se impone el deber nacional y patriótico de avanzar en la dirección correcta, tanto el Gobierno como los partidos políticos y los ciudadanos, hacia una verdadera reforma a la justicia. La consigna no puede ser otra que consolidar, mediante una reforma de fondo e integral, un sistema judicial que garantice la seguridad ciudadana y que vele por la resocialización de quienes han caído en las garras del delito. Una justicia ideal, que no resultará imposible de lograr si nos ponemos de acuerdo, declinando cualquier condición partidista o ideológica, pensando en el bien de todos los colombianos.
Un nuevo Congreso con responsabilidad social y política
José David Name Senador, Partido de la U Somos conscientes de la gran expectativa que hay en el país por los cambios que veremos en este nuevo Congreso, que ante todo deberá concentrarse en la búsqueda de consensos para sacar adelante reformas que realmente beneficien a los colombianos. El pasado 7 de agosto asistimos a la posesión del nuevo gobierno, que desde el 17 de junio ha venido recibiendo información de empalme, haciendo consultas a nivel nacional e internacional, exponiendo ideas de principios y políticas, y dando a conocer el equipo más próximo al Presidente. Me siento profundamente honrado de hacer parte de este momento histórico que vive nuestro país. Es satisfactorio poder decir que en estos últimos años, Colombia ha avanzado en áreas esenciales como la reducción de la pobreza, el mejoramiento de la infraestructura, la arquitectura del comercio exterior, las posibilidades de diversificación de la oferta exportable, la oferta energética, la recuperación del sector agrario, y que además se ha podido establecer una ruta para la búsqueda de la paz, que aunque está sujeta a algunos ajustes, ha cambiado la historia de los colombianos. “…debemos seguir trabajando por mejorar los aspectos que continúan con indicadores en rojo como la inseguridad, la educación, la desigualdad, la salud y el desempleo”. Pese a los logros y avances que ha tenido el país, debemos seguir trabajando por mejorar los aspectos que continúan con indicadores en rojo como la inseguridad, la educación, la desigualdad, la salud y el desempleo que requieren de un compromiso articulado por parte de todos para que verdaderamente nos convirtamos en la nación de la justicia social. Estaremos atentos de las actuaciones del nuevo gobierno frente al tema económico que debe dar mejores señales de estabilidad y buen juicio en la toma de las decisiones fiscales y de la política económica. El Presidente Iván Duque ha venido asumiendo compromisos en la denominada Economía Naranja, enfocada en las pequeñas empresas y con la reactivación de la industria, que es la más potente palanca de desarrollo sostenible. Hay muchos desafíos para esta nueva legislatura, entre ellos lograr el tramite exitoso de reformas como la de justicia, la tributaria, la pensional, la de educación en todos los niveles y la nueva reforma a la salud, que son vitales para el desarrollo de los colombianos y que necesita con gran urgencia el país. Confío en que este nuevo Congreso será comprometido y responsable con la labor que nos ha sido encomendada. Las consultas internacionales del Presidente han logrado respaldo para su agenda, sobre todo en temas cruciales como los cultivos ilícitos y Venezuela. Con Europa y Asia hay temas por desarrollar en materia de mercados y en eso tenemos avances por efecto de la pacificación y el ingreso a la OCDE, que constituyen factores de confianza. Las prioridades del Ejecutivo y el Legislativo deben estar centradas en los temas sociales y económicos, que son los principales cambios que está exigiendo la ciudadanía. Las demandas sociales estuvieron concentradas en seguridad ciudadana, la educación, la salud, el empleo y la vivienda. En el caso de la costa Caribe, en la confiabilidad en suministro de electricidad, el desarrollo humano y de infraestructura. Queremos una respuesta del nuevo gobierno que genere confianza frente a las disparidades sociales en la región con respecto a la nación que nos ubica con ingresos que llegan hasta la mitad apenas del promedio nacional en casos extremos, como Sucre y el sur de Bolívar. Partimos en desventaja en materia de desarrollo territorial porque hay compromisos en otras regiones golpeadas por el conflicto y gran parte de nuestro territorio no aplica en esa estrategia de desarrollo. Este es un tema que impone un debate interno para la toma de decisiones en el Plan de Desarrollo hasta el 2022. El Presidente Duque anunció que el paquete de reformas llegará con su posesión. Tendremos, en consecuencia, un Congreso con tareas urgentes, como viene ocurriendo en los últimos tiempos, y eso nos anima a realizar un trabajo con responsabilidad social y política. Lo lograremos.
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