Cientos de citas, informes, recomendaciones y personas configuran el proceso de transición del Gobierno de Juan Manuel Santos al entrante de Iván Duque. Todo en un ambiente de confianza y de actitud democrática. Serio, respetuoso, ordenado y una contribución a la democracia colombiana fueron los calificativos del Presidente electo, Iván Duque Márquez, tras la primera reunión de empalme con el mandatario saliente Juan Manuel Santos, el 21 de junio de 2018 cuando, se puede decir, comenzó la transición hacia el futuro mandato 2018-2022 del triunfante candidato del Centro Democrático. Ese mismo día, Duque insistió en que su deseo es gobernar con todos y para todos para construir un marco de unidad que permita enfrentar los retos de un país que debe solucionar en el corto y mediano plazo no pocos problemas. El saliente presidente Juan Manuel Santos junto al nuevo mandatario Iván Duque, en la primera reunión de empalme. De parte del Gobierno saliente, el empalme ha significado una oportunidad para hacer ejercicios de rendición de cuentas y de reiteración de los logros en ocho años que se han cubierto bajo la administración del santismo. Se han sacado a la luz resúmenes, cifras, balances y recomendaciones que comenzaron con la presentación de unos 35 documentos, la base del Plan de Desarrollo y otros 23 en los que se describe la situación de sectores clave para el desarrollo nacional. La nueva vicepresidenta Martha Lucía Ramírez y el presidente electo Iván Duque, junto a la presidenta de la JEP Patricia Linares En las semanas de transición el Presidente Juan Manuel Santos indicó que debe persistirse en la consolidación de la paz, que por esta vía Colombia ha obtenido una presencia internacional de importancia y que internamente durante su período gubernamental se avanzó en asuntos como la disminución de la pobreza, la estabilidad macroeconómica, la educación, que tuvo un presupuesto mayor al de defensa y seguridad y el sistema de salud que va rumbo a una fase de sostenibilidad. Seguridad y convivencia El mandatario reclamó que en 2018 se tuvieron las elecciones más pacíficas de la historia y aseguró que los datos recientes reflejan la tasa de homicidios más baja en 40 años. Por supuesto, el tema que ha marcado las reuniones entre los voceros de Iván Duque y los funcionarios del Gobierno ha sido la paz, que además tuvo un remate especial en las últimas sesiones del Congreso de la República, que antes de finalizar su período legislativo hizo ajustes notorios a los proyectos normativos surgidos de los Acuerdos de La Habana (Cuba) y de lo finalmente rubricado en el Teatro Colón de Bogotá el año pasado. El electo Presidente Duque tuvo una reunión con la presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Patricia Linares Prieto, después de lo que manifestó: “Hemos podido expresar observaciones y preocupaciones. Nuestro propósito es garantizar que las víctimas reciban, por parte de la justicia, la verdad de sus victimarios. Que reciban, por parte de sus victimarios, justicia proporcional y efectiva, que haya una reparación moral, material y económica y que se den todas las condiciones para la no repetición”. El equipo del futuro gobierno puso así sobre la mesa uno de los elementos centrales de la campaña de Duque: los derechos de las víctimas. Una agenda compleja En la diversidad de frentes que se han tratado durante las reuniones de los grupos de trabajo, figuran también como prioritarias las temáticas de la economía y casos de particular atención como Hidroituango, Venezuela, las relaciones internacionales, el comercio exterior y, con un énfasis claro, aquellos sectores o actividades que requerirán en el futuro de reformas trascendentales. No en vano se dice que el próximo gobierno llegará con un paquete reformista sin precedentes. Vienen ajustes a los sistemas educativo y de salud, otra reforma tributaria, recomposiciones en las entidades del Estado y una propuesta que transformará nuevamente el régimen pensional. La lista no para en esto, pues se esperan agitados meses de profundos debates sobre las realidades nacionales en lo económico, político y social. Desde el Gobierno de Santos se ha advertido que la campaña presidencial tuvo un alto nivel de polarización en el que se terminó por estigmatizar y no reconocer las acciones oficiales de los últimos ocho años. Por esto, los voceros gubernamentales han hecho su última campaña de visibilizar logros. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, quien acompañó a Santos en altos cargos públicos por casi siete años, dijo que Duque recibirá un país que pudo hacer frente con éxito a fuertes turbulencias mundiales, puesto que elevó permanentemente sus cifras de inversión extranjera, mantuvo el promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en cuatro por ciento, controló eficientemente la inflación y respaldó la disminución progresiva de las tasas de interés del Banco de la República. Aunque Duque y el Centro Democrático desarrollaron una campaña de fuertes críticas a la forma como Santos manejó la economía, en estos aspectos el empalme ha originado menos controversias o reticencias que, por ejemplo, el proceso de paz o el señalado fracaso en el programa de disminución de los cultivos de coca. En cuanto a casos específicos, el Presidente electo ha dedicado una parte de su labor a Hidroituango, obra que visitó y donde dijo que constituía un proyecto de alta relevancia para el país por significar 2.300 megas de capacidad instalada sobre las 16.660 que ya operan. “Es el proyecto de generación eléctrica más importante de la historia… Espero, como Presidente de los colombianos, contribuir y ayudar en lo que sea posible para que salga adelante y se mitiguen los riesgos”. “Construir sobre lo construido” Los trabajos de la transición también han servido para mirar el futuro en algunos campos que serán cruciales para las aspiraciones de millones de colombianos, quienes están a la espera de tiempos mejores. El ministro de Salud, Alejandro Gaviria Uribe, aseguró que no dejará una lista exhaustiva a su sucesor, pero habló de puntos que deben tenerse en cuenta: Estructurar un pagador confiable del régimen subsidiado, darle un aire al