“Ese Estatuto no es otra cosa que una serie de garantías mínimas para que todos los partidos en antagonismo político e ideológico con el gobierno de turno –y los gobiernos locales– ejerzan con total libertad y en igualdad de condiciones, sus derechos democráticos”, expresó el Jefe del Estado durante la sanción de la norma.
El Presidente de la república, Juan Manuel Santo, sancionó este lunes el Estatuto de Oposición en la Plaza Núñez, que une la Casa de Nariño con el Capitolio Nacional, con la asistencia de los presidentes de las altas cortes y líderes de diversas fuerzas políticas y sociales.
El mandatario manifestó que construir paz es un proceso largo, que toma tiempo, pero “los beneficios ya comienzan a verse, 3 mil vidas salvadas, la tasa de homicidios más baja de los últimos 42 años y una importante reducción en los índices de reclutamiento de menores, secuestro y desplazamiento forzado, para mencionar algunos”.
“La paz es mucho más que el silencio de los fusiles. La paz es progreso, desarrollo, oportunidades. Y es también convivencia y tolerancia”, añadió.
Precisó que el Estatuto le reconoce a la oposición la financiación y el acceso a medios del Estado, así como seguridad política, jurídica y personal, y participación en mesas directivas de corporaciones públicas y en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.
Indicó que en el compendio de normas “se desarrolla la disposición constitucional que les da curul en el Congreso de la República a los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia que obtengan la segunda votación más alta”.
“Y algo muy importante: incluye a fuerzas independientes, que ni son gobierno ni son oposición”, advirtió el Presidente y añadió que el Estatuto de la Oposición, si bien es parte de los compromisos que se incluyeron en el Acuerdo de Paz, aplica para todos los partidos.
“Algo sé yo sobre la oposición, porque la he sufrido como tal vez ningún otro mandatario en la historia reciente, según dicen los conocedores. La verdad es que rompieron las reglas de juego para mantener un mínimo de decencia y convivencia, que en el pasado se habían respetado. Y eso no es bueno”, sostuvo el mandatario.
El Presidente de la República relató que lo acusaron “de comunista, de castrochavista, de ser miembro de las FARC, de haber financiado mi campaña con dinero del narcotráfico, de traidor, de haberme robado las elecciones, de recibir sobornos de Odebrecht, de tramposo, de haber entregado el país a la guerrilla –ahora están con el mismo cuento con el ELN–, de apátrida, de haber comprado el Premio Nobel, de haber vendido las Fuerzas Armadas, de ahuyentar la inversión. Hasta me atribuyeron el Fenómeno del Niño”.
Subrayó que a pesar de todo eso siempre respetó a la oposición y confió en que en adelante imponga la palabra moderación.
Con información de la Presidencia de la República.